Macabro hallazgo: Encuentran cabeza humana en Cerro Merced de Valparaíso
Los hechos ocurrieron durante la tarde de este sábado cuando una persona que transitaba por el lugar divisó un bulto sospechoso.
Son 50 años de hechos que ninguna retina podría obviar. La memoria está imperturbable sobre aquel 11 de septiembre de 1973, cuando el Palacio Presidencial, encabezado por el Presidente Salvador Allende, fue atacado. De ahí el desenlace que permanece en la historia: el primer Mandatario socialista en llegar al poder a través de una votación en las urnas se suicidaba al interior de La Moneda, en medio de una feroz embestida militar por tierra y aire.
La imagen de La Moneda en llamas daba la vuelta al mundo, y junto a Allende se convirtieron en referentes del quiebre de la democracia en Chile. Y, más allá de ello, se daba el comienzo de un régimen dictatorial militar que duró 17 años y que tenía como resultado miles de víctimas. De ahí el desglose: más de tres mil muertos y personas desaparecidas, varias que aún no tienen un paradero existente.
Y al volver a los ataques a la Casa de Gobierno, se hace necesario señalar que ésta no fue la única que recibió proyectiles por aire de parte de las Fuerzas Armadas lideradas por Augusto Pinochet. Ese día, hubo otros atentados que han sido menos difundidas. En una de ellas habría muerto incluso una niña de 11 años que, según su familia, fue impactada por un proyectil lanzado por un Hakwer Hunter. De acuerdo a una investigación de la BBC de Londres, otros ataques se manifestaron aquella sagrienta jornada.
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1. Operación Silencio: cállense las radios
Con el fin de no dar a conocer de lo que sucedía aquel 11 de septiembre en las calles de Santiago, y así aislar a Salvador Allende ante cualquier información que quisiera haber dado para el país en medio del atentado a La Moneda, Pinochet mandó a cortar las transmisiones de seis antenas radiales. No obstante, Allende hablaría igual... La operación fue encabezada por el comandante del Grupo 7, identificado como Mario López Tobar, pero que actuaba con el seudónimo de “Libra’’.
El blanco inicial era el más directo en contra del Mandatario: la Radio Corporación, perteneciente al Partido Socialista, que ese día había alcanzado a transmitir los primeros mensajes en los que Allende alertaba de un levantamiento en su contra.
“Impactar a ese blanco con cohetes no guiados y aproximando a 450 nudos (830 kilómetros por hora) iba a ser una tarea difícil. Sin duda que lo era”, escribió López Tobar en “El 11 en la mira de un Hawker Hunter”, uno de los libros que graficó en 199 cómo fue la operación aérea ese día. El texto ahora está descontinuado y muy difícil de encontrar.
En el texto, el comandante relata, por ejemplo, cómo debió disparar 16 cohetes Sura P-3 hasta lograr detener completamente las transmisiones.
La tónica se repitió en contra la Radio Recabarren, propiedad de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de Chile, mientras que otros tres pilotos derribaron la señal de las otras radios partidarias a Allende, entre ellas, la Portales y la Sargento Candelaria. La última que quedó al aire fue radio Magallanes. De ahí viene el mensaje histórico. Guillermo Ravest Santis, recibió una llamada del propio Allende. “Necesito que me saquen al aire, inmediatamente, compañero”, le dijo. Fue entonces cuando pronunció su último icónico discurso que dio vueltas al mundo.
“¡Viva Chile! ¡Viva el pueblo! ¡Vivan los trabajadores! Estas son mis últimas palabras y tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano, tengo la certeza de que, por lo menos, será una lección moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición”, dijo Allende en una de sus frases más recordadas.
2.- Murió Jeannete por ataque aéreo: Tenía 11 años
Dicen que tiene una ligazón con la “Operación Silencio”, pero lo cierto es que aún hay incertidumbre respecto de la muerte de Jeannette Fuentealba Rodríguez, una niña de 11 años que vivía en la población San Gregorio, a menos de dos kilómetros de la antena de radio Corporación, el primer blanco de López Tobar. Según su familia, la pequeña murió debido a un proyectil lanzado por un Hawker Hunter que esa mañana del 11 de septiembre impactó en contra de su casa.
[caption id="attachment_143077" align="alignnone" width="477"] Jeannette Fuentealba Rodríguez[/caption]
El periodista y documentalista Rodolfo Gárate estuvo 10 años investigando este caso -y los otros ataques aéreos del golpe militar- para el documental “Hawker Hunter, el ruido del silencio”. Para él, su muerte ha sido "completamente invisibilizada".
3.- Un ataque por error a un hospital
Allende vivía en la calle Tomás Moro en Las Condes, y lógicamente más allá del ataque al Palacio Presidencial, venía de la mano un atentado aéreo al domicilio del Presidente. La instrucción fue entregada a dos pilotos, quienes cerca de las 10 de la mañana deberían cumplir esa orden y partieron a aquella dirección.
Uno de los Hawker Hunter, sin embargo, no lanzó sus misiles sobre la residencia del mandatario, como estaba planeado, sino en contra del hospital de la misma Fuerza Aérea, ubicado a tres kilómetros de la calle Tomás Moro. La información, según la BBC, sobre este ataque es escasa y confusa, y no existe ningún registro fotográfico que sea público. Los periódicos de la época lo mencionaron pero muy brevemente.
La versión más conocida es que los disparos sobre el hospital fueron un “error de precisión”; es decir, que el piloto se equivocó de objetivo. Mario López Tobar plantea esa idea en su libro: “El avión 2 perdió de vista a su líder y, por lo tanto, no logró ubicar bien cuál era la casa de Tomás Moro, confundiéndola posteriormente con el Hospital de la Fuerza Aérea, que en esos años era muchísimo más pequeño que hoy”, enfatizó.
4.- La propia casa del Presidente Salvador Allende
Inmediatamente después de comprobar del error del ataque al hospital, el bombardeo se materializó en la casa de Allende.
De acuerdo con la BBC, El Mandatario, consciente de que había un levantamiento en su contra, decidió partir a La Moneda a las 7:20 de la mañana, donde permaneció hasta su muerte. Sus hijas Beatriz e Isabel también se trasladaron al palacio presidencial. Sin embargo, su esposa, Hortensia Bussi, y algunos miembros de su guardia personal -denominada Grupo de Amigos del Presidente (GAP)- permanecieron en el lugar.
Más tarde se supo que Allende intentó convencer a sus hijas de que se fueran a la casa en Tomás Moro, pues pensaba que allí estarían seguras. Nunca se imaginó que ese sitio también sería blanco del ataque aéreo y de un hostigamiento por parte de francotiradores que se ubicaron en los alrededores. "Allende se equivocó al pensar que era un santuario intocable", le comenta a BBC Mundo Eduardo Labarca, autor de "La biografía sentimental de Allende". El escritor explica que una de las razones detrás de la ofensiva militar a la casa presidencial es que "allí se había instalado un cuartel del GAP, tenían una cantidad de armas importante".
