Según expertos, el cuerpo se tarda hasta 3 días para adaptarse al horario de verano.
Para el próximo sábado 10 de septiembre está fijado el nuevo cambio de hora en Chile. En esta ocasión se adoptará el horario de verano, por lo que los relojes se adelantarán en 60 minutos.
Esta modificación permitirá que anochezca más tarde y el día se haga más largo, favoreciendo la vida diurna. Sin embargo puede generar desajuste funcional y que altere los ciclos de sueño durante las primera semanas. Inclusive puede producir somnolencia, dificultades para concentrarse y menor productividad.
"Puede provocar algunos efectos negativos, pero muy mínimos y pasajeros, en que se demora entre 2 a 3 días la persona en recuperarse. Al tener menos activación de la luz solar en las mañanas implica que exista mayor somnolencia al inicio del día, pero son trastornos del sueño que suelen ser leves. En los adultos mayores, adolescentes y niños el impacto en la calidad del sueño podría ser más prolongado", expresó Álvaro Vidal, neurólogo de Clínica MEDS.
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Para esto, el especialista llama a iniciar una adaptación previa para evitar malos ratos con el cambio de hora. "Se debe comenzar la adaptación el viernes en la noche, con el fin de que el sábado y domingo la persona se pueda acostumbrar mejor y el lunes pueda volver en óptimas condiciones a su rutina", indicó Vidal.
Además recalcó que se deben evitar las siestas ya que esto también puede alterar las horas de sueño. En el peor de los casos, deben ser de máximo 30 minutos y cercanas al almuerzo. "Lo recomendable es no hacerlo, porque de esa forma se va a tener más sueño en la noche y se podrá regular el reloj biológico de una manera más eficiente y rápida al horario nuevo”, puntualizó.
Finalmente recalcó que lo recomendable es tener entre 7 a 8 horas de sueño. Para esto, se debe disminuir el uso de artículos electronicos al menos una hora antes de dormir. A ello, hay que sumar no comer muy tarde y evitar la cafeína después de las 12:00 horas del día.
El profesional de MEDS La Dehesa también sugirió que para ayudar al proceso de relajación, las personas antes de acostarse pueden tomar un vaso de leche tibia o darse una ducha corta de agua tibia. Además, hizo un llamado a evitar el uso excesivo de alarmas en los celulares para despertarse durante este periodo de adaptación al nuevo horario de verano.
“Genera un sueño fraccionado de muy mala calidad y no mejorará el rendimiento durante el día. Además, está el riesgo de no despertar a tiempo para iniciar las actividades del día y es más bien un estresor que puede repercutir en la calidad del descanso”, explicó.
