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La exchica Mekano decidió realizar una osada serie de instantáneas, a pocas semanas de su quiebre con Francisco Kaminski.
Pancho Saavedra se ha posicionado como uno de los animadores y comunicadores más importantes y queridos del país, quien se ha ganado la admiración del público demostrando su sencillez y cercanía.
Lo que ha sido reflejado en su programa "Lugares que Hablan" y que hoy ese cariño y admiración lo llevan al escenario más importante del país: el Festival de la canción de Viña del Mar convirtiéndose en el animador del certamen.
Un camino que sin duda no ha sido fácil pero que, con la perseverancia, "Panchito", fue logrando metas que quizás él nunca imaginó.
Embajador
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Francisco Saavedra se convirtió en el primer embajador del Festival de Viña del Mar, cuando en el 2020 fue parte del jurado, llevándose el título gracias al apoyo de la gente y de la prensa acreditada.
En conversación con diario La Hora, el animador del Festival más importante de Chile y Latinoamérica, habló sobre su rol como embajador y la importancia que este tuvo en su carrera como animador.
"Hay una historia con Viña, hay una historia con el festival, con los periodistas, con las reinas de Viña, y haber recibido ese premio fue maravilloso", expresó Pancho.
Una huella
Cada vez que Pancho Saavedra camina por la calle los abrazos y muestras de cariño no se pueden contar, es por esto que el hombre ancla de Canal 13 es un agradecido de ser parte del hogar de los chilenos.
Para el "Socio de la Parrilla" recibir ese reconocimiento es lo más lindo que le puede entregar su carrera televisiva, no por nada expresa gratitud y se emociona al describir lo que sintió al coronarse como embajador del Festival de Viña del Mar.
"Es la gente la que vota, y siempre voy a valorar un premio donde la gente vota. Soy un agradecido, un agradecido de la vida, porque este tipo de eventos y este tipo de premios son los que le dan la sal y pimienta a este festival de la canción".
El animador destaca el sentido solidario de esta campaña que vino a reemplazar al histórico reinado festivalero, con un sentido más humano, dejando un legado y una huella tanto en los embajadores como en las instituciones que son respaldadas por estos, quienes durante un año apoyan y viven de cerca la realidad de la institución apadrinada.
