Según la información recopilada por observadores independientes, los millones de votos que el presidente recibió podrían no ser verídicos.
Hay Putin hasta el 2030. Según la confirmación de la Comisión Electoral Central (CEC) rusa, el mandatario ganó los comicios realizados entre el 15 al 17 marzo pasado.
Con 71 años, Putin ha asegurado su quinto mandato presidencial, esto lo convierte en el gobernante ruso que más tiempo ha estado en el poder desde Catalina la Grande, incluso superó al soviético, Iósif Stalin, quien estovo en el poder por 29 años.
Según las autoridades rusas, Vladímir Putin ganó las elecciones con el apoyo de un poco más de 76 millones de electores, lo que equivale al 87,28 % de votos, obtuvo 20 millones de votos más que en las pasadas elecciones del 2018, lo que le otorga a las elecciones del 2024 un récord de participación nunca antes registrado.
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Sin embargo, este récord se puso en duda por ciertas organizaciones, quienes reclaman que hay al menos más de 20 millones de votos que no están justificados.
Además, hay que recordar, que el presidente de Rusia, no enfrentó a ningún candidato de oposición confiable, esto porque desde el Kremlin inhabilitaron cualquier intento de oposición. Y el mismo organismo controla las elecciones y los medios de comunicación.
Según medios independientes y observadores, las elecciones de este año en Rusia fueron en las que hubo mayor intervención, pero este no es un fenómeno nuevo en el país.
Sergey Shpilkin, un destacado analista electoral independiente se ha encargado de estudiar la distribución de votos y la participación electoral rusa desde la década de 2010 y ha ideado un método para diferenciar los votos falsos y los legítimos.
Con el que ha descubierto que esta práctica viene dándose, al menos desde el 2004. De acuerdo a la investigación de distintos organismos independientes, para la elección de este año, casi un tercio de los votos fue falso.
También se analizaron las elecciones del 2018, y se llegó a la misma conclusión. Por lo que se concluye que esas elecciones tampoco fueron legítimas y según las leyes rusas deberían haber sido invalidadas.
El ejemplo más representativo de esto ocurrió en Bélgorod, localidad frontera con Ucrania y cuyo acceso fue restringido el 20 de marzo por el riesgo de ataques.
La oficina electoral de esa localidad registro un 100 % de participación en la ciudad de Shebekino, el cual fue todo dirigido al presidente Vladímir Putin.
