Las calles de Buenos Aires se vieron interrumpidas por los miles de ciudadanos que salieron a protestar en contra de las medidas del presidente, Javier Milei.
El mandatario anunció que se bajará el gasto fiscal en "15 puntos del PBI" con acciones como: recorte en obra pública, ya que se priorizará un sistema de iniciativa privada; se reducirán al mínimo las transferencias discrecionales a las provincias (dinero del gobierno a las provincias), así también los subsidios económicos a la luz, gas o transporte, además, se avanzará en la privatización de las empresas públicas y se eliminarán las jubilaciones de privilegio.
Acciones que provocaron el descontento general y miles de personas se reunieron en descontento a las medidas. A pesar de la fuerte seguridad que se extendió en la capital trasandina.
Los 45 días al mando de Argentina de Milei fueron marcados por la huelga general, organizaciones sociales se reúnen bajo el llamado del mayor centro sindical de Argentina, la Confederación General del Trabajo (CGT) y con el respaldo de la Confederación de Trabajadores Argentinos (CTA).
El llamado fue respondido por variedad de organizaciones y cuídanos, además, se replicó la movilización -en menor escala- en otras ciudades como Berlín, Madrid, Londres, y París.
Sin embargo, la presencia policial fue notoria y siempre presente, aunque gran parte de la manifestación fue pacifica y solo hubo dos detenidos en un hecho aislado y en cuanto al transito, las avenidas más transitadas no fueron cortadas completamente.
Mientras tanto, desde el gobierno, el presidente Javier Milei se pronunció despectivamente ante la iniciativa del paro general: "El paro te va a mostrar que hay dos Argentinas. Hay una Argentina que se quiere quedar en el atraso, en el pasado, en la decadencia", comentó.
Y Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, se pronunció mediante su cuenta de "X", "Sindicalistas mafiosos, gerentes de la pobreza, jueces cómplices y políticos corruptos", escribió.