Científicos han advertido sobre una nueva y extraña amenaza pandémica: virus antiguos, o virus ''zombies'', conservados en el permafrost ártico podrían liberarse debido al calentamiento global y desencadenar un brote de enfermedades.
Estos virus, ya han sido aislados por investigadores, quienes han expresado su preocupación de que una emergencia médica global podría ser desencadenada no por una enfermedad nueva para la Ciencia, sino por una enfermedad del pasado distante.
Como resultado, los científicos han comenzado a planificar una red de monitoreo en el Ártico que identificaría los primeros casos de una enfermedad causada por microorganismos antiguos, proporcionando tratamiento médico especializado y cuarentena para contener un brote y prevenir que las personas infectadas abandonen la región.
Permafrost
Bien vale mencionar que el permafrost cubre una quinta parte del hemisferio norte y consiste en suelo que ha permanecido a temperaturas bajo cero durante largos períodos.
Algunas capas han estado congeladas durante cientos de miles de años. Además, el permafrost es frío, oscuro y carece de oxígeno, lo que lo hace perfecto para preservar material biológico.
Sin embargo, el permafrost está cambiando debido al cambio climático, con capas superiores derritiéndose en regiones como Canadá, Siberia y Alaska.
El peligro inmediato no proviene directamente del permafrost derretido, sino del impacto del calentamiento global: la desaparición del hielo marino ártico, lo que permite aumentos en el tráfico de barcos y el desarrollo industrial en Siberia.
¿Inevitable?
Mientras se da este proceso, la industria ve una oportunidad: aumentar la navegación para la explotación minera y petrolera en Siberia.
Esto, inevitablemente, abrirá agujeros en el permafrost liberando grandes cantidades de patógenos. Pero lo peor: los trabajadores mineros entrarán y respirarán los virus, pudiendo propagar fácilmente la enfermedad al regresar a sus casas.