Aprende a mejorar la calidad de vida en contextos laborales
Transformar una organización de un modelo tradicional a un entorno de crecimiento consciente es clave para mejorar la calidad de vida en el trabajo, tanto a nivel físico.
El 20 de marzo no solo inicia la primavera, también es el "Día de la Felicidad" y según una investigación de National Geographic hay 5 hábitos que, según la ciencia, nos pueden ayudar a ser más feliz.
Y a pesar de que la complejidad del ser humano no permite mantener esta emoción permanentemente, sí podemos encontrar maneras simples en el día a día para que el sentimiento se mantenga.
La felicidad y la satisfacción vienen de hormonas, las cuales dan ese sentimiento, la serotonina, dopamina, oxitocina y endorfina. Por lo que para ayudar un poco, generarlas, aquí hay cinco cosas que puedes hacer.
Ponerle nombre a las emociones:
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Un estudio publicado por la National Library of Medicine comprobó que el etiquetar los sentimientos y reconocerlos ayuda a frenar la actividad de la amígdala, zona del cerebro que se estimula cuando estamos emocionados, además, también reduce la actividad de "otras regiones límbicas a las imágenes emocionales negativas".
Según lo que escribe la revista estadounidense, esta es la razón por la que "los psicólogos recomiendan escribir o hablar sobre lo que nos sucede. Además, este hábito puede ayudarnos a tomar distancia de algunos problemas, mirarlos con perspectiva y gestionarlos mejor".
Socializar:
Dedicarle unas horas o minutos al día a esta actividad puede tener resultados beneficiosos, según lo que la historia ha demostrado, el entorno social es primordial en la evolución.
La investigación de National Geographic se basa en dos teorías: primero, una reciente investigación de Harvard (duró desde 1938 a la actualidad), en la que analizaron los estilos de vida de 700 jóvenes y encontraron que quienes se describieron como "felices", tenían en común la calidad de sus relaciones.
Quienes tenían vínculos más fuertes con sus amigos y familia logran más de sus objetivos, también son más saludables físicamente y viven más.
Mientras que, el sociólogo Mark S. Granovetter, durante los años 70, desarrolló la teoría de que los "lazos débiles" estimulan el cerebro, es decir, las conversaciones casuales con en conserje o con un colega pueden contribuir a nuestro bienestar.
Hacer ejercicio físico:
No es un secreto que la actividad física está relacionada con una mejor calidad de vida y ha sido probado en múltiples ocasiones, sin embargo, un estudio publicado en The Lancet, rescata que la práctica de ejercicio puede provocar mayor felicidad que la riqueza.
La investigación (entre el 2012 y el 2015 en 1,2 millones de estadounidenses) reveló que quienes practicaban ejercicio tuvieron 43,2% de "malos días de salud mental", los resultados aumentaron para quienes hacían ejercicio en grupo.
Sin embargo, también encontraron que quienes realizaban ejercicio en exceso o más del recomendado era contraproducente y se sentían peor que quienes no hacían nada de ejercicio.
Abrazar:
El contacto físico y aún más un abrazo, ayuda a reducir la propagación cortisol en el cerebro y "hace que se libere oxitocina y serotonina", según la investigación, en la que citan un artículo de la revista PLOS ONE, en el que explican que el dar un abrazo puede atenuar el estado de ánimo negativo mientras se atraviesa un conflicto personal.
Y según la investigación de Susannah Walker, de la universidad John Moores de Liverpool, sostiene que desde bebés estamos dispuestos a abrazar por nuestra supervivencia, lo que después, de adultos, asociamos con una sensación de protección, con lo que podemos reducir estrés.
Hablarse a uno mismo en positivo:
La relación que tienes contigo mismo puede influir en el estado de ánimo, tanto como las relaciones personales. El calificarnos como "no suficientes" o "inútil", por ejemplo, en momentos en los que no nos resulta algo, puede tener un desenlace negativo en nuestra mentalidad.
