Este domingo en un nuevo capítulo de “De tú a tú”, Martín Cárcamo se trasladó hasta la playa de Quintay, Región de Valparaíso, para conversar con el querido animador de radio y televisión, Eduardo Fuentes.
A orillas del mar comenzó la conversación entre Martín y Eduardo, donde este último confesó que este lugar le sirve de refugio en sus momentos de estrés. Además, Fuentes partió contando su infancia en la comuna de San Joaquín, donde su madre era dueña de casa y su padre, obrero de una fábrica de helados.
Según reveló, de niño pensó que su progenitor era el dueño de la empresa, y sólo se enteró de que no era así cuando su papá fue despedido del lugar, y el pequeño Eduardo lo acompañó a buscar sus cosas personales al lugar de trabajo y a despedirse de sus amigos. Esa instancia le sirvió para enseñarle a su pequeño hijo que así era la vida, que muchas veces se está bien y otras te puede ir mal. “Fue una forma de decirme: cuidado, los pies en la tierra siempre”, reflexionó el animador.
La conversación continuó en el departamento de Eduardo, con una hermosa vista a la bahía de Quintay. El animador habló sobre su infancia en La Legua, hoy conocida como la “Legua Vieja” en la comuna de San Joaquín, una vida con mucha contención y amor por parte de sus padres, en una familia de sólo tres integrantes.
Síguenos en:
El animador además habló de una familia muy querida, los Contreras, que arrendaban piezas en su casa de San Joaquín. Era una familia de mucho esfuerzo que hasta el día de hoy están unidos, e incluso la nieta de ellos, Victoria, es una de las mejores amigas de su hija Alma. “Nos seguimos viendo, nos queremos mucho, manteniendo los lazos... los quiero mucho a ellos... es un poco la familia que uno elige, hemos pasado tantas historias... hemos tenido esa experiencia vital juntos”, explicó el animador, agregando: “Me encanta ver cómo se va, de alguna manera, replicando lo que a mí me tocó vivir con ellos, hoy día con mi hija y con Victoria”.
La dura enfermedad
Uno de los momentos más emotivos del programa es cuando Eduardo recuerda el cáncer que, finalmente, se llevó a su madre, cuando él estaba aún en el colegio. Ella manifestó un dolor estomacal y el médico les dijo que era cáncer de páncreas, el peor de todos.
Fuentes recordó que, para él, haber visto llorar a su padre con gran amargura es aún impactante. “Se me desmoronaba la vida, se le desmoronaba la vida a mi papá, mi papá también era muy apegado a ella, muy dependiente de ella y no sabíamos cómo enfrentar esto”, reflexionó el conductor.
Sin embargo, lo peor vino cuando el médico les informó que a su madre le quedaban cuatro meses de vida. El animador recordó los sentimientos de ese doloroso momento. “Si lograba que mi mamá estuviera, no sumergida en el dolor de un cáncer, sino que en la sensación de ‘mira las cosas bonitas que hemos vivido, la experiencia que hemos tenido, riámonos, disfrutemos, a lo mejor eso frenaba el cáncer”, dijo.
Para la última parte del programa, Eduardo Fuentes invitó a Martín a su casa en Santiago, para continuar la conversación con la familia del invitado. Aquí los esperaban su hija Alma y su esposa, quienes contaron que son una familia pequeña, pues ambos son hijos únicos y ellos solo tienen una hija, frente a lo cual, el animador bromeó: “nuestra familia es pequeña, cuando somos muchos somos seis, eso es como el Lollapalooza”.
Uno de los momentos difíciles que les ha tocado vivir como familia fue cuando a Eduardo le encontraron cáncer tiroideo tras haber tenido a su hija. En relación a esto, él reflexionó sobre las explicaciones que buscó para entender esta enfermedad que le mandaba la vida. “Yo tenía miedo. Yo decía: 'tanto que nos costó tener a nuestra hija, no me puedes sacar de la fiesta ahora'. A lo mejor era el costo a pagar para que llegara Alma, así como el intercambio,... porque no entendía”, comentó.
Afortunadamente, el cáncer estaba encapsulado y fue encontrado a tiempo, aunque tuvo que realizar un tratamiento especial para cuidar las cuerdas vocales. Al respecto, Fuentes tomó nota de las medidas que hay que tomar en relación a la salud.
Antes de esta enfermedad, el otro duro momento que vivieron como pareja fue cuando se enfrentaron a la infertilidad y a lo difícil que fue llegar a ser padres de Alma. Andrée destacó al respecto la carga de la mujer en estos tratamientos. “Siento que para la mujer es mucho más duro, porque hay un tema físico de por medio, tema de pinchazos, de controles, te tienen que sacar x óvulos en un mes para poder fertilizar. Es un nivel de presión terrible”, aclaró.
Junto a su hija, ambos hablaron acerca de cómo han intentado criar a Alma. “Hemos tratado de criarla libre, y que el día de mañana tenga ciertas bases, como conexiones sólidas... como la sinceridad, la naturaleza, con la vida más simple, para que sea buena persona”, señaló la esposa de Eduardo.
Cedida Canal 13