El claustrofóbico día de China Suárez: estuvo largo rato atrapada en ascensor y cuando la rescataron... ¡quedó encerrada en otro!

Hay personas que derechamente son saladas, y otras que a veces sólo tienen un mal día. No sabemos con cual grupo se identifica la "China" Suárez, pero lo cierto es que la ex de Benjamín Vicuña vivió una tarde para el olvido en su natal Argentina, donde pasó gran parte de su jornada atrapada entre dos ascensores diferentes.

Así como lee, pese a tener una agenda colmada de actividades, la modelo tuvo que suspender todos sus planes luego de sufrir en carne propia el envejecimiento del Gran Buenos Aires, donde los elevadores de edificios están dejando frecuentemente de funcionar a causa de la falta de manutención y problemas eléctricos.

El primer impasse de María Eugenia Suárez Riveiro, nombre real de la maniquí, ocurrió cuando pretendía llevar a cabo su primera reunión del día. Claro, nunca pensó que llegar del piso uno al ocho le tomaría horas. Es que a poco de empezar a subir, la "China" quedó atrapada entre dos niveles de un edificio, publicando la noticia en su Instagram, mientras esperaba por ayuda.

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"Acompáñenme a quedarme encerrada en el ascensor", escribió la también actriz, tras sacarse una selfie en el suelo de un elegante montacargas trasandino, vestida para la ocasión con botines negros, jeans ajustados con rodillas expuestas y un peludo abrigo de piel sintética color blanco desgastado.

"No soy para nada claustrofóbica. Podría dormir ahí adentro toda la noche”, se apresuró en agregar la rubia, al ver que sus seguidores estaban más desesperados que ella por la situación.

Lo grabo porque... ¡no se puede creer!

Así la cosa, la "China" Suárez se tuvo que mamar un largo rato jugando al solitario hasta que por fin pudo ser rescatada del añoso elevador porteño.

Ya con todos sus compromisos suspendidos y cansada producto de la situación, la ex de Benjamín Vicuña optó por dejar el mal rato en el pasado e irse a dormir al departamento donde estaba alojando.

Como era lógico llegó con hambre, así es que comió y se puso el pijama para irse a la cama, cuando recibió un llamado de conserjería porque le había llegado un pedido al primer piso... y adivinen. Bastó con que la chiquilla se subiera al ascensor para que, tras cerrar sus puertas, quedara detenido tal y como le había ocurrido hace poco minutos.

"Aclaro que no es el mismo ascensor. La verdad es que lo grabo porque... ¡no se puede creer!", escribió ahora con un poco más de rabia. Es que su segundo impasse de la jornada no la pilló tan arreglada como el primero. En pijama, bata, pantuflas y cubierta por una chaqueta que había dejado en el comedor, la "China" tuvo que armarse de paciencia para ser rescatada una vez más en el mismo día. Por lo menos esta vez estuvo acompañada por otro vecino igual de salado.

Al salir del ascensor se limitó a dar las gracias y subir por las escaleras, derechito a dormir. Mañana será un día mejor.