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En medio de su tratamiento por el cáncer, el rey Carlos III le dedicó unas palabras a la gente afectada por los incendios en la región de Valparaíso.
El presidente Boric recibió las palabras del rey Carlos III sobre la catástrofe que está viviendo Viña del Mar. La región de Valparaíso se encuentra viviendo un momento critico después del daño provocado por los incendios forestales que azotaron la zona.
El mensaje fue publicado por la embajada británica en Chile y en ellas el rey lamenta lo sucedido a las víctimas del siniestro y envía su fuerza para los equipos de rescate y de reconstrucción.
La menor de 14 años, su madre y padrastro estaban al interior de una vivienda que fue alcanzada por las llamas, sin embargo, sólo dos cuerpos fueron hallados.
"Estimado Sr. Presidente, Mi esposa y yo hemos recibido con profunda tristeza la noticia de los catastróficos incendios que asolan Chile. No podemos ni imaginar la magnitud de la destrucción en la que se han visto sumidas las comunidades y la angustia de aquellos cuyos sustentos se han visto tan trágicamente afectados", comienza la carta.
"Ofrecemos nuestras condolencias y nuestro más sentido pésame a las familias de aquellos que han perdido la vida, y nuestras oraciones están con todos aquellos cuyos seres queridos están desaparecidos y cuyos hogares han sido destruidos", continua el rey.
"Mis pensamientos están especialmente con todos los equipos de emergencia, extraordinariamente valientes, que están proporcionando apoyo y asistencia cruciales mientras continúan los esfuerzos de recuperación. Charles R", cierra la carta el rey Carlos III.
La carta se centra solo en lo ocurrido en la región de Valparaíso, no menciona nada sobre la muerte del expresidente Sebastián Piñera.
Actualmente el rey Carlos III no encuentra alejado de sus labores publicas debido a que se está sometiendo a un tratamiento por el cáncer que se le detectó hace unos días, sin embargo, aún está realizando algunas labores de oficina.
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Jessica, quien viajó de Limache a Santiago, se quedó dormida al interior de la máquina y nadie le advirtió que ya había llegado a destino.
Se trata de una tradición bien chilena, que mezcla costumbre, religión y hasta mercado. Aunque la Biblia no lo diga tal cual, el origen de esta práctica tiene más historia que receta.