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"Creyeron que eran fuegos artificiales lanzados desde el espectáculo y luego se tiraron al asiento del vehículo sin saber qué hacer", afirmó la mujer.
Durante el domingo 15 de enero, una familia de venezolanos vivió un violento ataque en Coquimbo, donde un grupo de antisociales ejecutaron una serie de disparos contra el vehículo.
Las víctimas de este brutal ataque fueron identificados como Franger Aramburu, quien recibió un impacto de bala en uno de sus hombros, Adriana Pérez, quien fue herida en su espalda; y su hija de dos años en el tórax, por lo que fue trasladada al Hospital San Pablo de Coquimbo.
En conversación con el Diario El Día, la abuela de la menor de edad reveló que la pequeña estaba de cumpleaños el lunes, por lo que la familia decidió salir a celebrar a Avenida del Mar y a comer a su restaurante favorito.
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"Fue de vuelta a su casa cuando pararon en el semáforo de la ruta 5 con Los Clarines, mientras observaban que había un espectáculo en la playa de La Herradura y pensaron en bajarse unos metros más adelante para ir a ver, cuando comenzaron los disparos", informó la mujer.
Agregando que "en primera instancia, creyeron que eran fuegos artificiales lanzados desde el espectáculo y luego se tiraron al asiento del vehículo sin saber qué hacer".
Por otro lado, la abuela de la pequeña que fue baleada en Coquimbo, se refirió al estado de salud, revelando que "está con muy buen ánimo, ha comido y jugado".
"Estamos esperando el informe del cirujano para ver si existe algún daño en las cercanías del pulmón. Espero que no, si fuera así, con una herida estaría más delicada y no tan activa. Me da la impresión que no fue la bala que llegó al pecho, sino un vidrio, porque su ropa no tenía los orificios que si tenía la vestimenta de mi hijo y mi nuera", sentenció la mujer.
