Hace algunos meses tuvimos la lamentable noticia de que nuevamente se adelanta la entrega de celulares en nuestro país, hoy llegando a 8 años de edad (VTR, 2024, en prensa), lo que implica ya meses de retroceso, de acuerdo a la última investigación de Kidsonline Chile del año 2023.
La noticia a quienes trabajamos en el tema, nos preocupa de sobremanera, ya que, por una parte, sabemos que muchos establecimientos educativos se han sumado a "0 celular en el colegio", con todos los pros y contra que hemos hablado en columnas anteriores (para adolescentes, no niño/as). Por otra parte, esta adquisición va contracorriente todas las investigaciones, que dan cuenta de la complejidad que introducimos al regalar un celular con internet a tan temprana edad, teniendo presente lo escaso que resulta el acompañamiento parental con los niño/as en el uso de redes sociales.
De esta forma, no comprendo qué más nos tiene que pasar para darnos cuenta que NO es prudente la adquisición de este dispositivo con redes sociales, los cuales no sólo generan adicción en niños y niñas, sino que además los y las exponen a situaciones de riesgo (por ejemplo, hablar con desconocidos, dar información personal a extraños y peor aún, reunirse con éstos, etc.).
Es una pena que los adultos cuidadores pensemos que un niño o niña de 8 años se regulará en el uso de redes sociales, si muchos adultos con suerte lo logran hacer. Es una lástima también que además al ir por este camino, sea cual fuese la razón, no se está ejerciendo mediación parental digital alguna. A quien lee esta columna, le pregunto: ¿sabe lo que ve su hijo/a en redes sociales?, ¿existe la confianza para que éste le pregunte acerca de sus dudas?, ¿fue una decisión que tomó "por presión social", concordada con el otro cuidador o cuidadora del niño/a?, etc.
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De esta forma, en esta ocasión quiero hacer un llamado a la reflexión de quienes somos cuidadores de niños y niñas, tomando en consideración que nuestras conductas tienen consecuencias profundas en estas etapas del desarrollo y, además, si se está a tiempo, evitar riesgos. En este sentido, si la razón por la cual le compró un celular a su hijo/a es para comunicarse con éste porque está separado del progenitor y no tiene una buena relación, opte por otros dispositivos o limite el acceso a internet (que cumpla el fin que usted necesita, de comunicarse con usted). Si lo adquirió porque sintió la presión social de su entorno, trate de sensibilizar a los cuidadores principales de lo/as amigo/as de sus hijo/as, para que se transformen en una comunidad que cuida la infancia y no lo contrario. Por otra parte, si compró celular con redes a un niño/ de 8 años o menor, converse con el establecimiento educativo al que acude su niño/a, para que también se torne éste en un agente que sensibilice a los padres, madres o cuidadores principales de los riesgos de esta medida.
Finalmente, los y las invito a pensar que los niños y niñas del presente serán los adultos del mañana y si queremos fomentar valores que no sean la competencia, el individualismo, la soledad, la escasa comunicación con sus cuidadores principales, la adquisición de un celular con internet, fomenta todo lo anterior. En cambio, la incorporación paulatina y acompañada de la tecnología en la vida de los niños y niñas, sí puede fomentar un uso de ésta a favor y no en contra de su desarrollo.
¡Por una infancia y adolescencia más saludable! Viviana Tartakowsky Pezoa. Directora Escuela de Psicología Universidad Bernardo O´Higgins
