Fomentar la lectura, el juego y el desarrollo adecuado para los niños y niñas ayudarán en su desarrollo tanto personal como cognitivo.
La literatura da cuenta de la importancia de fomentar el juego, la lectura y, por tanto, el desarrollo adecuado de la función ejecutiva en los niños y niñas menores de 5 años, junto con la preocupación sobre el uso sin supervisión de un adulto de dispositivos electrónicos a temprana edad (Tartakowsky, et al., 2023). De esta forma, esta semana, los invito a usar la metáfora: "que es mejor estar comunicados y menos conectados", que se la pido prestada con cariño a un jefe que tuve hace unos años, y a quien tengo mucho cariño, Patricio Reyes.
Desde este lugar, es sensato decir que la tecnología actual nos ha traído millones de beneficios, como poder conectarnos con familiares o amigo/as que viven lejos, conocer casi de modo sincrónico cuando sucede un evento en el mundo o aprender un nuevas habilades a través de zoom, tik tok o instagram, etc. Pero esto vale para los adultos, incluso no para todos y todas, sino para aquellos que saben que el mundo virtual es sólo una parte de sus vidas (una herramienta) y no la totalidad. Un niño o niña menor de 5 o 6 años será incapaz de hacer esta distinción y rápidamente podremos generarle una adicción, que ojo, no "es su gusto" o que "sí puede autorregularse", frases que tristemente he escuchado de padres muy cercanos con total vehemencia... ¡no puede autoregularse a esa edad! Si ni los padres que me han comunicado esto, pueden autorregularse!
Por ello, es crucial promover el desarrollo integral de los niños y niñas menores de 5 años, que este cuente con espacios para el juego, la lectura, los abrazos de sus cuidaores principales, etc., como hemos expuesto en otras columnas, sino sólo se quedará con lo que los adultos a cargo le ofrezcamos, en este caso: las pantallas... las pantallas para calmarse, para comer, para despertarse, etc. Y estas pantallas no enseñan hábitos por sí solas, o a veces incluso van generando conductas de riesgo y/o no contribuyen a los espacios de comunicación efectiva.
Si bien esto puede resultar más fácil en el minuto, a la larga nos estamos haciendo como adultos un ingrato favor ya que, por una parte, nos impide desarrollar un apego y confianza con ellos y ellas (conocer el mundo, hacerlos sentir seguras y seguros, confiar en que pueden comentarnos sus vivencias) y, por otro, ser una base segura, que promueva la exploración y el creatividad y les permita salir al mundo sin temores para conocer, aprenhender y aprender. El uso excesivo de dispositivos electrónicos a temprana edad puede impactar negativamente en su desarrollo cognitivo, emocional y social. Por ello, es fundamental acompañar el acceso a celulares o tablets y fomentar actividades que estimulen su creatividad, pensamiento crítico y habilidades sociales. Todo esto, nos hace sí estar comunicados con nuestros hijo/as y menos conectados.
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Incentivar el juego al aire libre, la manipulación de materiales diversos, la interacción con otros niños, niñas y adultos, así como la exploración del entorno, son prácticas esenciales para el desarrollo sano de los niños y niñas pequeños. Además, la lectura de cuentos y la narración de historias, estimulan su imaginación, vocabulario y comprensión del mundo que les rodea. Al priorizar estas actividades sobre el uso de dispositivos electrónicos, se contribuye al desarrollo de habilidades fundamentales, como la resolución de problemas, la toma de decisiones y la empatía. Estas habilidades son esenciales para su futuro desarrollo académico, laboral y personal. Tú que lees esto, puedes estar menos conectado y más comunicado para así lograr una infancia y adolescencia más saludable.
Viviana Tartakowsky Pezoa. Directora Escuela de Psicología Universidad Bernardo O´Higgins
