• 09 MAY DE 2025

Superclásico 194 del fútbol chileno: ¡Rivales y no enemigos!

Superclásico |

Este sábado 2 de septiembre se jugará la edición 194 del Superclásico del fútbol chileno, el que si bien no es el más antiguo ni con más historia, es sin lugar a dudas el partido del año en nuestro fútbol. ¿Como no podría serlo?, si enfrentan los dos equipos más populares de nuestro país, Colo Colo y la Universidad de Chile.

En esta ocasión el escenario donde se disputará este partido será el estadio Santa Laura de Unión Española, nuevamente sin público visitante para evitar posibles enfrentamientos o hechos de violencia protagonizados por los mal llamados “hinchas” y si bien la medida pareciera ser una buena forma de prevenir este tipo de hechos, la verdad es que no garantiza nada. Un claro ejemplo de esto fue el último clásico universitario disputado en Concepción en el cual sólo pudieron estar presentes los fanáticos de la U. de Chile, que lamentablemente tuvo que ser suspendido una vez más por la violencia causada por una decena de delincuentes disfrazados de hinchas cuando apenas transcurrían 31 minutos de juego.

¡El síntoma es claro!


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Pero lo que ocurrió ese día podría ser un punto de inflexión, ya que en un acto de rabia y valentía, fueron los verdaderos hinchas quienes ya cansados de la violencia impuesta por unos pocos, se decidieron a detener ellos mismos a estos delincuentes y entregárselos a carabineros. ¡El síntoma es claro! los amantes del fútbol están cansados de la violencia, la gente no quiere conflictos y el país ya no aguanta más este clima hostil.

Pareciera que de un tiempo a esta parte no somos capaces de ponernos de acuerdo en nada, vivimos en una constante y a la vez incesante tensión colectiva, ¿pero como no?, si nos levantamos y nos acostamos siete días a la semana viendo como nuestras autoridades literalmente "se sacan los ojos". Pareciera ser que las necesidades de los ciudadanos pasan a segundo plano para ellos cuando se trata de defender su ideología, sus intereses y derrotar a su enemigo. Para ellos todo es cancha, da lo mismo si el gol es con la mano, tienen que ganar si o si y si por alguna razón van perdiendo (generalmente por errores propios), nace su "instinto goleador", porque ese es el escenario en el que mejor lo hacen y donde más cómodos se sienten, jugando al empate. Si nuestra política fuera un partido de fútbol se jugarían todas fechas sin público, habría más tarjetas rojas que goles y aun así más de un partido se tendría que suspender.

El ciudadano a pie está cansado nadie aguanta tantos años de conflicto, en algún momento alguien tiene que poner la pelota contra el piso y encontrar acuerdos, porque no volver a soñar con jornadas dobles de fútbol en el estadio nacional, con la familia asistiendo tranquila al estadio y con nuestras autoridades dialogando, dejando de lado los "gustitos personales" y llegando a buenos acuerdos en beneficio del país.

Polarización de los "barra brava"

Se puede hacer y son los propios futbolistas de ambos equipos quienes lo están demostrando, muy lejos de polarización de los "barra brava", se han reunido y dado el tiempo para visitar juntos a niños en colegios y enseñarles a nuestras futuras generaciones que son rivales, pero no enemigos. Si bien el sábado ambos darán todo de sí para ganar, es solo un partido de fútbol, se puede ser de equipos rivales y compartir, se puede pensar distinto y llegar a acuerdos... porque quizás este sábado durante 90 minutos se juegue algo más que tres puntos, algo más que la alegría de ganar el súper clásico, quizás se esté jugando el respeto, la tolerancia y la posibilidad de volver a encontrarnos, dando el ejemplo, considerando que a casi 50 años del Golpe de Estado, Chile está más polarizado que nunca.

Lo seguro es que los más expectantes serán ¡los niños! Y cómo no, si juegan Universidad de Chile vs. Colo Colo, independiente del marcador final, lo importante es que como país le ganemos el partido a la fractura que nos divide, que de una buena vez nuestra clase política entienda que deben trabajar juntos por un Chile mejor, que entiendan que son autoridades y no barristas y que principalmente le demuestren a las nuevas generaciones que podemos ser rivales y no enemigos.