Un año sin redactar una columna... un año sin poder expresarme libremente... Esto es lo lindo y democrático de los medios escritos, en su gran mayoría ahora digitales, la libertad de decir las cosas tal cual son, sin quitar ni agregar absolutamente nada. Agradecer a “La Hora” por la oportunidad que me da de volver a hacer lo que más amo, comentar de televisión, pero en esta ocasión, lamento decir que hablaré de mí... por primera y, espero, única vez...
Pasmado quedé cuando hace un par de días atrás el ídolo, mi ídolo, el señor Iván Luis Zamorano Zamora apareció en mi whatsapp buscándome con una serie de epítetos, que por respeto a usted mi lector no reproduciré. Pero es lamentable, porque la verdad, Iván, mi mamá acá no tenía pito que tocar y me la sacaste al baile en innumerables oportunidades y con lo mucho que ella te quiere. Te caíste del pedestal en el que te tenía.
Francamente, no logro entender cómo pudiste reaccionar así frente a alguien tan insignificante como yo, un actor y columnista de poca monta, que a veces se pasa tres pueblos con su verborrea y que en otras oportunidades ha tenido que salir pidiendo disculpas por decir cosas que no son. Pero déjame decirte que, lamentablemente para ti, en esta oportunidad no hay verborrea y tampoco habrán disculpas por mis dichos... Yo también tengo amigos alrededor del mundo, también viajo y últimamente bien seguido a Miami, Iván. Tengo mi amor a distancia, hasta ahora todo muy bien, por si le interesa a más de alguien... me tiene feliz y como me tiene feliz, no quiero amargarme por este tipo de situaciones... Lo que yo dije, es un secreto a voces, que está rondando en el aire hace un tiempo.
Sí, Iván Zamorano sí tuvo un quiebre matrimonial con María Alberó, una fuente muy importante para mí lo garantiza, un sapo para algunos, quizás para ti también, para mí una fuente fidedigna en la cual confío plenamente. Información que hoy me veo en la obligación de corroborar, después de que me escribieras con tal agresividad, que por lo demás, no merezco.
No sé qué fue lo que te molestó tanto, quizás que yo dijera que existían rumores de que en algún momento sí habían tenido una crisis matrimonial o que yo tocara el tema con Queen Kenita Larraín a mi lado y entendería si fuera así, el ego de nosotros los hombres es descomunal y Kenita Larraín sin duda para ti es y será una tatuaje marcado en el alma y entonces, sí, te pido disculpas por aquello. Ahora, yo me preocuparía más por “El Sapo”, pero... ¿Quién es “El sapo”?, Hasta en las mejores familias hay uno y yo creo que la tuya no es la excepción...
En fin, aquí seguimos y como siempre digo “pecho a las balas” y en mi nueva versión, más responsable y sereno, pero siempre ácido, agudo y con la verdad por delante y como dicen por ahí... perro que ladra no muerde y más sabe el viejo por diablo, que por viejo... ¿Así era o no?