• 23 NOV DE 2024

Insólito: Premio Nobel de la Paz fue condenado a dos años de prisión en Rusia

Oleg Orlov al término del juicio | AP

Por un artículo en el que criticó a la Rusia moderna, Oleg Orlov fue condenado a prisión. Sin embargo, su pena se vio atenuada.

El veterano y activista Oleg Orlov, de 70 años, fue condenado a dos años y seis meses de cárcel en Rusia. Quien fuera galardonado con el Premio Nobel de la Paz el 2022, tuvo que enfrentar a la justicia por desprestigiar al Ejército. 

El dirigente de Memorial, organización de derechos humanos que recibió el Nobel, fue trasladado a una celda inmediatamente al término de su juicio.  

Uno de los mayores defendedores por los derechos humanos en Rusia fue escoltado por más de 10 agentes a la salida del tribunal en Moscú, desde donde fue trasladado a un vehículo de transporte que lo llevará a cumplir su condena. 

Esto mientras la gente que se encontraba allí le mostró su apoyo y le hizo llegar diversas muestras de cariño.


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Orlov se había manifestado previamente contra la guerra de Ucrania en la plaza Roja, el pasado 11 de octubre, acción por la que fue multado con 150.000 rublos (1.500 dólares).

Alexéi Navalni, Redes Sociales @navalny
A casi una semana de su muerte: entregan cuerpo de Alexei Navalni a su madre

Tras firmar un certificado de defunción, en el que se señalaba que el activista murió por "causas naturales", las autoridades le entregaron el cuerpo a su madre Lyudmila.

En la imagen del 2022, se le puede ver sosteniendo un cartel en el que se interpreta algo como "nuestra falta de voluntad para conocer la verdad y nuestro silencio nos convierten en colaboradores de los crímenes", en referencia al conflicto entre Rusia y Ucrania. 

Su condena

Hace más de un año, el activista fue llamado a juicio por un artículo titulado "Querían Fascismo, ya lo tienen" publicado en la prensa francesa en noviembre de 2022. 

Calificando a la Rusia moderna de "totalitaria y fascista", en sus argumentos finales dijo que cuando escribió eso, lo llamaron exagerado, 

"Pero ahora está descaradamente claro. No estaba exagerando en absoluto", se defendió. 

Después enumero ciertos acontecimientos que argumenta respaldan su posición, entre ellos: la prohibición de varios libros contemporáneos dentro de Rusia. "Se ha prohibido un inexistente 'movimiento LGBT', hay ciertas carreras universitarias que tienen prohibido citar agentes extranjeros", expuso, entre otros hechos. 

"¿De qué otra manera se puede describir un sistema político donde esto ocurre? En mi opinión, no cabe duda de la respuesta. Lamentablemente, la conclusión de mi artículo era correcta", afirma Orlov. 

Finalmente, dentro de su condena, la jueza encargada de llevar su proceso tuvo en cuenta atenuantes, como su avanzada edad y su trayectoria en el activismo por más de 30 años. 

Pero de todas formas fue encontrado culpable de "albergar odio ideológico y político" contra Rusia. 

Kafka en el juicio

Comparándose con "El proceso" de Kafka, al no entender el porqué de su acusación, Orlo aseguró que "nos acusan de desprestigio, sin explicar de qué se trata y en qué se diferencia de la crítica legítima. Nos acusan de difundir intencionadamente información falsa sin molestarse en demostrar su falsedad".

"El Estado en nuestro país de nuevo controla no solo la vida social, política y económica, sino que aspira al total control de la cultura, el pensamiento científico e invade la vida privada. Se convierte en absoluto", argumentó. 

Cierre de argumentos

En medio del cierre de su defensa, recordó al recientemente fallecido líder opositor, Alekséi Navalni:

"Navalni nos instó: "No nos rindamos". Lo recordamos. Lo que puedo añadir es esto: no os desaniméis, no perdáis el optimismo. Porque la verdad está de nuestro lado", dijo. 

Más adelante, Oleg Orlov se dirigió personalmente al jurado: "Unas palabras para usted, Señoría, y para la acusación. ¿No tienen miedo ustedes mismos? Probablemente, ustedes también aman a nuestro país, ¿no tienen miedo de presenciar en lo que se está convirtiendo? ¿No temen que no solo ustedes y sus hijos, sino, Dios no lo quiera, también sus nietos tengan que vivir en este absurdo, en esta distopía?".

Finalmente, cerró sus argumentos asegurando: "No tengo nada de que arrepentirme". 

Josefa Meza Vera

Estudiante en práctica de periodismo, cursando el último año de la carrera en la Universidad Diego Portales. Redactando y aprendiendo en internacional y crónica
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