La Reina Isabel II fue la imagen principal de la corona británica por 70 años, y durante ese período, la monarca del Reino Unido contó con un incalculable poder político.
Este jueves a eso de las 13.30 horas de Chile, el Palacio de Buckingham, confirmó el deceso de la monarca a los 96 años. Tras complicaciones de salud que la afectaban hace varios meses.
Reina Isabel jefa de Estado
Es la jefa de Estado y como tal, tiene ciertas obligaciones constitucionales como inaugurar las sesiones del Parlamento británico y si bien no tiene la capacidad de proponer ni pasar leyes, su sello real es indispensable en cada una de las legislaciones que se aprueban en el Parlamento.
Pese a este cargo, la reina debe permanecer neutral ante cualquier asunto político y no debe externar su opinión públicamente sobre el estado de la política en el Reino Unido o exterior. Sin embargo, suele tener reuniones semanales con el Primer Ministro en turno para saber el estado de su pueblo.
El hecho de ser jefa de Estado le da la posibilidad de aparecer en todos los billetes y monedas, así como en los sellos postales del Reino Unido. Tampoco puede votar ni ser votada en una elección popular.
También jefa de la nación
Este título se centra en la labor que tenía la reina en representar la identidad nacional, unidad y el orgullo británico.
Esto le dio capacidad de reconocer con títulos honorarios a ciudadanos británicos sobresalientes, como sir. Por si fuera poco, la reina era la encargada de recibir a otros jefes de Estado, hacer viajes diplomáticos y organizar eventos en nombre de la corona británica.
Comandante en jefe de las fuerzas armadas
Era la comandante en jefe de las Fuerzas Armadas británicas, sin embargo, no podía ordenar ataques directos sin antes pasar por el Parlamento y el Primer Ministro. También era la Gobernadora Suprema de la Iglesia de Inglaterra, lo que le daba la capacidad de nombrar a los arzobispos, obispos y párrocos de la iglesia anglicana.