• 05 DIC DE 2024

Día Internacional del té: Chile figura en el podio mundial y se abre a los secretos del té argentino

Día Internacional del Té | Cedida

Conoce por qué la ONU promueve su producción y consumo. Secretos y números que explican el valor de una infusión milenaria.

El 21 de mayo se celebra el Día Internacional del Té, para promover la "conciencia" sobre la importancia de su consumo "en la lucha contra el hambre y la pobreza", tal como promueve la ONU, Organización de Nacionles Unidas, desde enero del 2020.

Es una bebida con más de 5000 años que se convirtió en un patrimonio cultural con beneficios para el cuidado de la salud. En la actualidad es una infusión que combina lo mejor de la tradición con propuestas más atractivas que conquistan a las nuevas generaciones.

De hecho, esta costumbre milenaria de tomar té se mantiene. Chile se posiciona en América Latina como el país con mayor consumo de té: según los últimos estudios realizados, más del 90% de los hogares consumen la infusión, con 427 tazas per cápita, según las cifras de Euromonitor Internacional. Le siguen Argentina, con 95 tazas per cápita al año.

Según la FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el consumo mundial de té aumentó un 3,5% durante la última década.

Y es que, según la ONU, "la producción y elaboración de té contribuye a la lucha contra el hambre, la reducción de la pobreza extrema, el empoderamiento de las mujeres y el uso sostenible de los ecosistemas terrestres". Además, "el té puede desempeñar un papel significativo en el desarrollo rural, la reducción de la pobreza y la seguridad alimentaria en los países en desarrollo, al ser uno de los cultivos comerciales más importantes".


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Té argentino, en el ránking mundial y los secretos de su producción

La calidad y los niveles de producción de té hicieron que nuestros vecinos argentinos compartan esta tendencia y figuren entre los 10 mayores productores y exportadores a nivel mundial. Es una posición alentadora ante un mercado que tiende a crecer, tal como señaló la FAO: en sus informes se prevé que las exportaciones internacionales se incrementarán a un ritmo del 4% anual, en el mediano plazo.

La producción de té involucra a múltiples actores, que fusionan hábitos tradicionales y tecnología de punta. En Argentina existen empresas como Cachamai, que llevan más de 70 años dedicándose a la elaboración de yerbas y tés, que evolucionaron con la incorporación de las tendencias como el consumo de hierbas naturales y, más recientemente, con productos pensados para las nuevas generaciones, como las cápsulas.

Todo comienza con la planta de té, Camellia sinensis, cultivada en extensas plantaciones de la provincia de Misiones y en el norte de Corrientes. La fecha de cosecha comienza a fines de octubre y se extiende hasta abril. Esa ventana de tiempo permite tener varias instancias de corte, que varían según las lluvias y las heladas.

Guillermo Dolimpio, gerente de planta de Cachamai, compartió los secretos del proceso: "Estamos hablando de una cadena de valor que incluye a muchas personas y familias. La cosecha demanda cuidados especiales para no dañar las hojas y por eso también se debe hacer en horarios específicos: por lo general, las tareas de corte se realizan temprano para evitar que el impacto directo del sol marchite al producto antes de tiempo".

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Ese universo de productores locales se compone mayoritariamente por familias, que trabajan predios de entre 25 y 50 hectáreas. Las hojas cosechadas se llevan a secaderos, donde se colocan en cintas de velocidad controlada y se someten a ventilación con una temperatura especial durante un tiempo específico para extraer la humedad y flexibilizar la hoja para el próximo proceso.

"Luego se hace un enrulado de la hoja. Esta una práctica que históricamente se hacía a mano pero que ya en la Argentina está industrializada casi por completo. Con el enrulado, la hoja empieza a romperse y así se inicia la oxidación/fermentación", indicó Dolimpio.

El gerente de planta de Cachamai agregó que el proceso de fermentación se detiene cuando se obtiene una humedad de 2-3% y luego se pasa a la etapa del tipificado, donde se separan las hojas del palo, se muele la hoja y se extraen diferentes productos: aquellos de altísima calidad, destinados a los tés en hebras, y el polvo de té que también se utiliza en otros procesos,  finalmente el  Té se envasa en diferentes formatos tanto para mercado interno como externo.

Ese es el camino para elaborar el té negro. El té verde, que también surge de la Camellia Sinensis, demanda una técnica distinta en la extracción de la hoja, que se caracteriza por incluir un "sapecado", proceso similar al que se utiliza para la yerba mate.

Cachamai se consolidó como una marca argentina que no sólo se destaca por su oferta de las versiones tradicionales de té sino por liderar el mercado de los tés de hierbas y saborizados: ofrece hiervas digestivas, hiervas digestivas con Manzanilla, Tilo, Menta, Boldo y el denominado O’Clock con la variedad Earl Grey, entre otros productos.  

"Cuando hablamos de hierbas, que es nuestro gran fuerte, ahí participamos en todo el proceso, desde la producción de las aromáticas, la cosecha/recolección, el secado y el resto de las instancias para llegar al producto terminado", indicó Dolimpio.

El segmento de hierbas representa la evolución del té porque trasciende las fronteras de la producción y del consumo para llegar a nuevos consumidores. "En el caso del té de hierbas, las plantaciones no quedan limitadas a las características de Misiones y Corrientes: nosotros trabajamos con productos provenientes de Córdoba, de La Rioja y de Buenos Aires, por ejemplo. Por otro lado, para satisfacer los nuevos hábitos de consumo, ofrecemos té en cápsulas", destacó.

Cachamai es una palabra de origen quechua que significa "hierbas que hacen bien". Es una marca que engloba los valores culturales del té y de otras infusiones también con su logo, con el dibujo de un burrito, porque hace más de medio siglo era el animal que se utilizaba para recolectar las hiervas.