Clarisa Muñoz recordó en “Aquí Somos Todos” el acoso laboral que vivió mientras trabajaba en Mega, específicamente con un productor del “Mucho Gusto”.
La periodista se refirió al complejo momento que vivió el año 2018, debido al acoso laboral por parte de su jefe, el productor ejecutivo Pablo Alvarado.
“Es difícil porque es lento, no es que de un día para otro tu jefe te trate mal o te grite frente a los demás. Es un proceso paulatino donde te anulan tu autoestima, te hacen sentir que debes dar gracias de tener trabajo por ser tan penca”, afirmó Clarisa.
Agregando que “me llegó a pasar que miraba a mi jefe, yo le tenía terror, le veía de lejos y lo transparente con mis compañeros que si lo miraba me iba a bajar la mirada, y efectivamente era así para no tener que saludarme”.
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“Le tenía tanto miedo que temblaba dándole explicaciones”
“En mi caso fue terrible porque en algún momento quedé embarazada, y ahí me dicen ese mismo día que salía del aire por estar embarazada, y yo les dije que igual podía trabajar, y me decían que no por cuidarme a mí y que me quedara en la oficina”, reveló.
“Contrataron a mi reemplazante y le contaron a todo el mundo que estaba embarazada, algo que no quería compartir todavía porque no tenía tres meses, y efectivamente era una guaguita que venía con problemas, y la perdí", recordó.
Agregando que "cuando volví me dicen al aire porque no estaba embarazada y no había excusa para no hacerlo, me presentan, y me dicen que bueno que había vuelto, que estaba muy bonita y más embarazada que nunca”.
“Y chuta qué ganas de decir al aire que no estoy bien y que perdí mi guagua, te podrían haber avisado, le avisé a mi jefe para que te avisaran, pero volví a la oficina y todos me felicitaban y yo diciendo lo perdí. Así fue hasta que rompí a llorar con un compañero, después de eso una editora me preguntó qué podían hacer por mí y yo solo era contarle a la gente”, añadió Clarisa Muñoz.
Respecto a Pablo Alvarado, aseveró que “era como un gran dios ahí y todos le tenían reverencia. Me dice bueno, tal vez debimos haber dicho, pero como no me dijiste yo no sabía qué hacer y por eso no dije nada. Le tenía tanto miedo que temblaba dándole explicaciones, y ahí fue que me di cuenta que esto no podía ser, y afortunadamente me fui y viví un proceso de ir sanando y al final te das cuenta que no eres tan penca como te hicieron sentir”.