El delantero Nicolás Castillo está haciendo todo lo posible por volver al fútbol profesional, después de la trombosis que lo afectó en América y lo tiene sin actividad continúa los últimos cuatro años.
El formado en la UC lleva varios meses entrenando en San Carlos de Apoquindo, pero el incidente que vivió el viernes pasado lo tiene con un pie y medio fuera.
La agresión de Castillo al técnico de básquetbol de la Universidad de Chile, que no tiene ninguna relación con Azul Azul, le quitó bonos al ariete.
Por eso, en Cruzados están evaluando la continuidad de Castillo en las instalaciones del club, que esperaba incorporarlo en su plantel de honor para el 2024.
Según narró Cooperativa, "contrasta con la positiva evaluación del cuerpo ténico y la dirigencia, que destaca sus buenas condiciones futbolísticas y las ganas para formar parte del plantel oficialmente".
En evaluación
La publicación destacó que "se valora su compromiso y relación con los jugadores, además del acompañamiento durante la campaña 2023. Sin embargo, la reincidencia en conflictos hacia el cuadro azul molestó en San Carlos de Apoquindo".
El último club de Castillo fue el Juventude de Brasil, donde sólo jugó cuatro partidos. Desde ahí quedó sin trabajo, esperando la oportunidad en el club donde vivió sus mejores momentos.