Una caótica jornada se vivió durante la noche de este viernes en el Estadio Nelson Oyarzún, donde Universidad Católica se impuso por 2-1 frente a Ñublense.
Las tres expulsiones sufridas por el cuadro chillanejo solo fueron un adelanto de lo que se vendría después del encuentro.
Una vez sonó el pitazo final, los hinchas locales comenzaron a lanzarle proyectiles al árbitro del partido, Fernando Véjar, y sus asistentes, quienes tuvieron que ser cubiertos con quitasoles para salir de la cancha.
Ante esta situación, el director técnico de los "Diablos rojos", Jaime García, y el portero Nicolás Pérez se dirigieron hacia la tribuna agresora para pedir que se detengan y mantengan la calma.
"Una cosa es tener humanidad, no me iba a prestar a que les pasara algo y traté de hacer que saliera conmigo de la cancha. Yo a pesar de todo lo frustrado que estaba le fui a proponer a Véjar que saliera con mi cuerpo técnico para que no les pasara nada y salieran de la cancha como corresponde", expresó García.
Agresiones en triunfo de Universidad Católica
Esto no quedaría solo ahí, y posteriormente, según informó Radio Cooperativa, el presidente de Ñublense, Sergio Gioino, se dirigió a camarines para confrontar a los árbitros del encuentro por sus polémicas decisiones.
Además, un funcionario chillanejo habría agredido con un golpe de puño a uno de los asistentes de Véjar, lo cual debiese ser más detallado en el informe arbitral del juez.
"Es difícil analizar un partido así, con mi equipo defendiendo con ocho jugadores y con Mauricio Isla pidiendo que dejaran de poner amarillas. Ante eso es complicado controlar a tus jugadores, pero él nos ayudó. Hay una cosa de arbitraje que debe ver Tobar y su comité", comentó el DT del cuadro local.