• 07 SEP DE 2024

"Acabo de saber que tocaste a mi hija": revelan cruda conversación de padre de víctima abusada con Eduardo Macaya

Eduardo Macaya | Agencia Uno

Radio Biobío tuvo acceso a la transcripción de la llamada que figura como una de las prueba contra el empresario agrícola.

Una cruda conversación telefónica entre el padre de una de las menores abusadas y Eduardo Macaya reveló radio Biobío, un día después de que la Corte de Apelaciones cambió la cárcel provisoria por reclusión domiciliaria al imputado.

La unidad de investigación del mencionado portal detalló que esta llamada telefónica se produjo luego que el 30 de mayo de 2023 "NN, padre de una de las víctimas, decidió presentar una denuncia por abuso sexual en contra de Macaya Zentilli".

Esa fue la reacción del hombre, luego que su hija le contó con registros fílmicos que ella misma registró del abuso sufrido a manos de Eduardo Macaya.

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Esta fue la cruda llamada del padre de la víctima con Eduardo Macaya


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"Cuatro días antes, la menor contó que había sido abusada por el imputado en la casa de éste. Y como creía que nadie iba a dar fe de sus dichos, decidió dejar registros fílmicos de las situaciones de vulneración sexual que sufría otra de las menores que frecuentaba el fundo", aportó Biobío, que luego transcribió la conversación donde el padre de la menor enfrentó a Eduardo Macaya.

La llamada se produjo cuando el padre enfurecido decidió llamar al empresario agrícola, luego que su hija le contó lo acaecido en el fundo del mismo. La gota que rebasó el vaso fueron los videos que la niña le mostró y que los guardaba en su iPad.

"El audio, registrado por la menor, hoy figura rotulado con el número 12 de 'otros medios de prueba' contra Macaya. Esta es la transcripción", señala el portal citado y luego publicó la siguiente conversación.

—NN: Aló, aló, Eduardo.

—EM: Hola.

—NN: Acabo de saber que tocaste a mi hija.

—EM: Bueno...

—NN: Acabo de saber eso, que tocaste a mi hija cuando era más chica, ¿vas a decir que eso no es cierto?

—EM: No, no, no, no, no.

—NN: Sí, fíjate que sí. Porque incluso pude ver los videos donde estás (...) haciendo lo mismo, le tocaste (...) a mi hija. Bueno, realmente jamás pensé sobre ti. Eres un pedófilo asqueroso.

—EM: Por favor, escúchame. Yo con tu hija cuando era más chica siempre jugamos con las niñitas y todo, con la cosquilla. Yo te juro que así inintencionalmente, puede que le haya pasado a llevar.

—NN: Le tocaste (...) weón, le tocaste (...) a la niña, no lo está inventando.

—EM: Pero estás tonto.

—NN: No, no, no, el que está tonto y está enfermo eres tú, hueón. ¿Cómo se te ocurre hacerle eso a los niños? Mira, yo pude ver los videos y yo realmente... ¿Sabes qué es lo que voy a hacer? Los voy a hacer públicos, hueón. Voy a hacer mierda tu imagen, porque lo que hiciste no tiene nombre, no tiene nombre.

—EM: no, no.

—NN: Tú te pasaste, hueón. Yo tenía confianza cuando iban para allá y jamás me imagine que tú podías hacer una cuestión así.

—EM: No, no no.

—NN: Sí, le pregunté y le pregunté los detalles (...).

—EM: No, eso...

—NN: A lo mejor no te acordai po, a lo mejor no te acordai. Bueno, bueno, tú vas a negar obviamente todo esto que ha pasado, es lógico porque no te queda otra, pero incluso en los videos se ve que estás haciendo cosas parecidas.

—EM: Sí vi el video, hay un video, casi me morí, hueón.

—NN: Sí, pero que estís curado no justifica que hagái una cosa así.

—EM: Oye, no te digo... Mira, hueón, te juro hueón que no... Mira, si querís voy a conversar contigo, hueón.

—NN: No, no, mira, te digo una cosa, tú hueón moriste ya con esto que paso, hueón. Tú no existes, hueón. Y lo único que voy a hacer es publicar los videos, hueón. Yo no quiero saber nunca más de ti, en serio.

—EM: no, no.

—NN: En serio sí, pero encuentro que gente como tú es peligrosa de verdad.

—EM: Lo que sí te pido, por favor, no le cagues la vida a mi hijo, hueón. No le cagues la vida a mi hijo.

—NN: Y tú se la cagai a la mía, que andís tocando (...) a mi hija vale menos que lo que me estai diciendo... no le cagues la vida a mi hijo. ¡Por favor! Tú pensai por tu hijo y yo pienso por la mía.

—EM: Realmente si es que la pasé alguna vez, hueón... realmente, hueón... Y pregúntale si la he vuelto, hueón...

—NN: No fue solo una vez (...) y por debajo de la ropa. Y eso no resiste a ningún tipo de explicación, yo creo que no te acordai, qué sé yo. Listo, ya, dejemos la cuestión aquí la verdad, no tengo más que hablar contigo. Hasta aquí llega nuestra conversación y se acabó, déjalo hasta aquí nomás, adiós.

Alejandro Villegas

Editor general, veranista empedernido e historiador del jet set nacional.
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