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El extenista le respondió en duros términos a la candidata presidencial, quien lo acusó de dar la hora y dejar mal a Chile en el extranjero.
El expresidente Eduardo Frei Ruiz Tagle anunció por medio de un comunicado que votará "A Favor" en el Plebiscito Constitucional del 17 de diciembre, aclarando que "no es un voto por la extrema derecha ni por sus ideas".
El exmandatario reflexionó sobre el proceso constitucional, manifestando que "ha cumplido cada una de las etapas previstas, en un clima democrático y con todas las garantías necesarias. Aparte de la elección de los consejeros, se designó una Comisión de Expertos, un Comité Técnico de Admisibilidad, se pudo recurrir a la Corte Suprema y también se pactaron bases fundamentales para la discusión de los consejeros, lo que no ocurrió en la versión anterior".
De esta manera, Eduardo Frei Ruiz Tagle comentó que votar "A Favor" es una buena forma de cerrar el proceso. "Chile debe terminar con la incertidumbre y la inseguridad social y jurídica que menoscaban la calidad de vida de los chilenos y que limitan las inversiones en un momento en que el país las requiere con urgencia. Este proceso ha durado demasiado tiempo", afirmó el expresidente.
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"Sé que habrá algunos que criticarán mi decisión"
Cabe destacar que el exmandatario fue enfático en que la nueva Constitución no lo representa en su totalidad. Sin embargo, valora los avances: instauración de un Estado social y democrático de derecho; el seguro universal de salud sin discriminaciones por sexo, edad o preexistencias; la promoción de partidos más fuertes; la creación de la defensoría de las víctimas de la delincuencia;"entre otros avances".
Por último, Eduardo Frei aclaró que "hay que tomar la decisión mirando el conjunto y balanceando sus aspectos, positivos y negativos. Votaré a favor y que se entienda bien, este no es un voto por la extrema derecha ni por sus ideas. Es un voto que se funda en mi convencimiento de que debemos cerrar esta etapa, recuperar la estabilidad perdida".
"Sé que habrá algunos que criticarán mi decisión, pues ese es un rasgo de los tiempos de intolerancia en que vivimos. Sin embargo, a mis 81 años tengo muy claro lo que considero correcto y mi visión de país está libre de todo cálculo político o electoral. Ha llegado el momento de preocuparnos de los problemas reales de nuestros compatriotas", sentenció el expresidente.
