CERRAR
Ambas marcas son consideradas como emblemáticas, pero deudas que superan los $11.000 millones hicieron insostenible su continuidad.
¿Quién no tuvo un cuaderno Rhein? La marca fue emblemática durante 80 años en nuestro país, y fueron millones los estudiantes que en colegios o ya en la educación superior, usaron sus hojas para anotar los principales apuntes de cada clase.
Lamentablemente, especialmente para los nostálgicos, la firma tuvo que solicitar su quiebra, luego de adeudar más de $11.000 millones a sus principales bancos acreedores: Security, Santander, Scotiabank y el Chile.
Con estos números poco pudieron hacer sus dueños para salvar la empresa, y según publicó el Diario Financiero, durante los últimos años Rhein enfrentó pérdidas insostenibles, las que fueron aumentando con el correr de los meses.
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Pero lo de Rhein no es la única mala noticia. Además, la marca Argos, que comercializaba artículo de fiestas, cotillón y decoración, también vive el mismo proceso. Ambas firmas pertenecen a la familia Ordoñez.
Con la quiebra de Rhein y Argos, son más de 200 personas que pierden su fuente de trabajo, y sus productos poco a poco irán desapareciendo, principalmente en librerías y supermercados.
