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Normalmente las olas de calor o altas temperaturas se asocian al consumo de cerveza. Y en Chile esta costumbre no es excepción. De hecho, siempre se ha dicho que Chile es un país cervecero, lo que en cierta manera es verdad al compararnos con otras naciones del vecindario, según las estadísticas oficiales al respecto.
Como un “Evento de Altas Temperaturas Extremas” catalogó durante los últimos días la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) la situación climática que enfrenta la zona central del país. Sin ir más lejos, las regiones de Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana y O’Higgins están siendo afectadas por este fenómeno climático, especialmente Valparaíso y Santiago, ciudades en las que las temperaturas se acercan en algunas zonas a los 37°C.
Los datos de la Asociación de Productores de Cerveza de Chile (Acechi), indican que nuestro país es uno de los que más cerveza consume per cápita en la región, con una evolución de 57% en 10 años, es decir, si los chilenos en 2010 consumían 37 litros de cerveza, ya en el 2020 esta cifra llegó a 58 litros.
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Además, en cuanto a consumo, hoy la cerveza representa un 77% del total del mercado de bebidas alcohólicas. En esta misma línea, y según un estudio realizado por Euromonitor International, se estimó que el consumo per cápita de los chilenos es de 68,6 litros. ¿Pero por qué en Chile somos tan adeptos a esta bebida?
Sus componentes
Independiente de su estilo, color, intensidad, si es una Patagonia cerveza o una cerveza negra, los chilenos suelen consumirla durante todo el año y desde los albores de la nación, esto porque nuestro país cuenta con prácticamente todos los ingredientes que se necesitan para su elaboración, a lo largo de los más de 4.270 kilómetros de territorio.
Y esto último es relevante porque la cerveza es un verdadero universo de interacciones químicas. Si a este panorama le sumamos la multitud de tipos de malta, cada una con sus particularidades, la variedad de recetas es prácticamente ilimitada, algo que se puede ver en el supermercado, las tiendas especializadas, los bares, restaurantes, etc.
La cerveza, por lo general, contiene alrededor de 2500 compuestos químicos distintos, resultantes del metabolismo de las levaduras. El resultado de sus combinaciones determina el sabor, el olor y la apariencia de la cerveza. En este sentido, contiene ingredientes básicos, obligatorios y auxiliares, muchos de ellos se encuentran de manera abundante en determinadas regiones del país, especialmente en la zona centro y centro sur.
Hablamos principalmente de la cebada, el lúpulo y la levadura como básicos, pero además trigo, centeno, orzoaica, entre los cereales que se pueden utilizar como tales o malteados. Algunos estilos cuentan con otros tipos de cereales, en particular el maíz, la avena y el arroz, pero también se encuentran variedades más frutales (el calafate, por ejemplo), además de una infinita variedad de hierbas y especias propias de la geografía nacional.
En este sentido, se estima que los chilenos de entre 25 y 34 años son los que más adquieren cervezas, seguido por los de 35 a 45, aunque el público siempre va rotando. Según un análisis de la Acechi, actualmente el consumidor está más dispuesto a escapar de lo tradicional. Así, los cambios en el proceso de fermentación han logrado cautivar hasta los paladares más sofisticados, variando entre sabores amargos a dulces; colores dorados, cobrizos hasta negro y jugando con las graduaciones alcohólicas.
