Una nueva alianza colaborativa entre la Unidad de Desarrollo Tecnológico, de la Universidad de Concepción, y Pescadores Industriales del Biobío ubicará a la región en la vanguardia nacional del reciclaje de plásticos.
En concreto, permitirá valorizar los residuos de ese tipo más significativos generados en las plantas de proceso, como capas y guantes utilizados por los operarios, stretch film, zunchos y maxisacos.
El convenio entre ambas entidades profundiza la experiencia que iniciaron a mediados de 2020 para reciclar mascarillas. En esta oportunidad, habrá un periodo inicial de recolección y caracterización de residuos, para dar paso a una etapa de ensayo y fabricación de productos con el material obtenido.
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Hito industrial
La presidenta de Pescadores Industriales del Biobío, Macarena Cepeda, reconoció que “reciclar el plástico que se genera en nuestras plantas de proceso es una ambición especialmente sentida”. Agregó que, como industria de alimentos sustentada en recursos naturales, “asumimos el compromiso de desarrollar una actividad pesquera industrial sustentable, en que estamos incorporando una mirada que nos orienta a reducir, reciclar y reutilizar en todas nuestras líneas productivas. Hoy estamos dando un paso muy importante al implementar una solución sustentable para la mayor parte del plástico que utilizamos, y además somos de las primeras industrias del país en hacerlo”.
Este convenio tiene el potencial de valorizar el 70% de los residuos plásticos no peligrosos generados en las plantas pesqueras de Coronel, Tomé y Talcahuano. En esta última comuna, en las instalaciones de Blumar, se oficializó el convenio que espera entregar sus primeros resultados dentro de seis meses.
Tecnología local
El plástico contiene polímeros que no se absorben en la naturaleza, por lo que representa un severo problema ambiental, destacó Alex Berg, director ejecutivo de la Unidad de Desarrollo Tecnológico (UDT).
“Generamos muchos tipos de plásticos que están en todas partes; es un material muy noble, tiene múltiples características positivas, pero el gran problema es que no se degrada en ambientes naturales. Por eso queremos reciclarlo y darle nueva vida útil. Esperamos tener muy pronto una solución que cumpla tanto con los requisitos técnicos, como con las exigencias económicas”, comentó Berg.
"La economía circular llegó para instalarse"
El seremi de Medioambiente del Biobío, Óscar Reicher, valoró la disposición a asumir la gestión integral de residuos. “Es un paso muy importante por hacerse cargo de una de las externalidades negativas de su actividad productiva y habla de la responsabilidad con que están trabajando. La economía circular llegó para instalarse y esto permite que la región avance hacia allá”, finalizó.