La pandemia y sus medidas de contención impactaron fuertemente el acceso al diagnóstico y tratamiento de diferentes enfermedades respiratorias, como la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
A nivel mundial, alrededor de tres millones de personas mueren al año por la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, EPOC, siendo la tercera causa de muerte en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta enfermedad tiene como su principal síntoma la falta de aire, además de tos crónica y esputo (flema).
La principal causa de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es la inhalación de humo de tabaco. Chile es el país donde más personas fuman en Latinoamérica y esta adicción está repercutiendo gravemente en la salud de la población.
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Anualmente, en Chile, el tabaco enferma a más de 62 mil personas por EPOC y se encuentra dentro de las 10 causas principales de muertes en 2019.
La exposición al humo del tabaco provoca daño pulmonar, disminuyendo la capacidad respiratoria y afectando notablemente la vida cotidiana de quien la padece.
“El dejar de fumar es uno de los pilares fundamentales para el tratamiento de la EPOC, no obstante, existen estrategias farmacológicas útiles que pueden modificar la evolución de la enfermedad y su médico lo puede acompañar para conseguir ese propósito”, indica el Dr. Patricio Jiménez, Internista Broncopulmonar y Asesor Médico Respiratorio de GSK.
A medida que la enfermedad empeora, los esfuerzos del día a día, como subir unos cuantos escalones, o incluso las actividades cotidianas, pueden hacerse muy difíciles. Los pacientes pueden sufrir exacerbaciones o crisis, es decir, aumento sostenido de los síntomas como dificultad respiratoria, tos y expectoración. Algunas de estas crisis necesitan atención médica de urgencia (incluso hospitalización) y, en ocasiones, pueden ser mortales.
La EPOC se desarrolla lentamente y suele ser diagnosticada a partir de los 40 años. La manera de confirmar la enfermedad es mediante la espirometría, un estudio muy sencillo e indoloro, que mide la función respiratoria, es decir, cuánto aire puede exhalar una persona de forma rápida después de una inspiración máxima.
Esta enfermedad no tiene cura, sin embargo, el tratamiento farmacológico y no farmacológico puede aliviar los síntomas en personas que padecen de EPOC y recomiendan sumar estos dos pilares fundamentales: desarrollar actividad física y dejar de fumar.
