Tras 33 años de militancia, el gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, renunció al Partido Demócrata Cristiano.
Según constató Bío Bío, el jefe de la bancada del Partido Demócrata Cristiano, Eric Aedo, lamentó su decisión y afirmó que "esta renuncia demuestra la imperiosa necesidad de que exista una directiva de transición para los próximos meses de la Democracia Cristiana".
Por otro lado, el extimonel de la Democracia Cristiana, Jorge Pizarro, aseguró que la Democracia Cristiana "está pasando por un momento difícil y es cuando más necesitamos a nuestra mejor gente".
Síguenos en:
Agregando que Claudio Orrego "es uno de ellos y debería estar intentando reconstruir partido desde adentro. Me parece que es una pérdida, sin duda, pero no será ni el primero, ni el último".
Claudio Orrego renunció a la Democracia Cristiana
El gobernador de la Región Metropolitana dio un paso al costado tras 33 años militando por la DC.
Renuncia de Claudio Orrego
El gobernador de la Región Metropolitana leyó una carta en la que sostuvo que "esta ha sido una decisión triste pero también muy meditada".
"Me unen a ustedes una linda historia de servicio a nuestro país. Juntos luchamos pacíficamente por la defensa de los derechos humanos y el retorno a la democracia, desde el movimiento estudiantil y también de agrupaciones como el Movimiento contra la Tortura Sebastián Acevedo", afirmó.
En ese sentido, repasó su paso por la Democracia Cristiana: "Estos años, así como las 4 décadas previas, me hacen sentir muy orgulloso y agradecido. Sin duda hay mucho que pudimos hacer mejor, pero la obra es robusta y los resultados visibles. Lo mismo me pasa con nuestras ideas, que creo siguen vigentes como nunca: la centralidad de toda persona humana y el respeto a su dignidad, la justicia social como norte de la acción colectiva, el valor de la democracia y el respeto a los DDHHs, el rechazo radical al odio y la violencia como método de acción política, el rol necesario de un Estado moderno y de un sector privado emprendedor y competitivo, la importancia de una sociedad civil organizada e incidente, y una opción preferencial por los excluidos y marginados".
Sin embargo, aseveró que la "convivencia interna se fue destruyendo, hasta que nuestra comunidad partidaria simplemente pasó a ser irreconocible y hasta diría inexistente".
Añadiendo que "del debate de ideas pasamos a la descalificación personal, de las diferencias ideológicas legítimas a grupos rivales irreconciliables, de la competencia necesaria a una guerra fratricida, de la lealtad a toda prueba a la deslealtad y la abierta traición".
"Yo ya me desafecté y no quiero seguir invirtiendo las energías que me quedan en un ambiente donde ya no siento que se viva un espíritu comunitario y de respeto mínimo que se necesita para hacer política juntos. Nuestro país vive momentos muy difíciles, y van a exigir de nosotros una gran dosis de patriotismo y compromiso", expresó el gobernador de la Región Metropolitana.