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La situación de Felipe Berríos se sigue complicando, luego que se sumaron otras cuatro testigos en la investigación por asuntos de “connotación sexual” que lo mantienen suspendido de su ejercicio del sacerdocio.
De acuerdo a lo revelado por La Segunda, dos mujeres se unieron al sumario dando testimonio de apoyo a la presunta víctima, que originó la investigación. Las otras dos son nuevas denunciantes. Todas tenían entre 14 y 17 años al momento de ocurridos los hechos.
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Hasta ahora la Fundación para la Confianza ha acogido los relatos de las supuestas víctimas y, según La Segunda, la entidad se coordinaría durante la semana próxima con la abogada instructora María Elena Santibáñez, quien lidera el sumario canónico.
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¿Qué dijeron las mujeres?
La abogada Santibáñez ya entrevistó a la supuesta víctima que originó la investigación en contra del “Cura” Berríos. De acuerdo a lo trascendido, la mujer, que actualmente tiene 32 años dio un testimonio que fue considerado como “creíble”.
La relación con el sacerdote, que nació cuando ella era menor de edad, se dio porque su madre convirtió al clérigo en una especie de guía, a quien le pedían consejo en varias situaciones de la vida.
Según La Segunda, la denuncia se decidió a hacerla hace 9 meses y ella misma pidió que fuera una causa canónica y no penal “para que la Iglesia” responda por lo sucedido.
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El testimonio de las nuevas denunciantes se enmarca en la misma línea. Y también se estarían contrastando juicios para aclarar la situación del famoso cura jesuita.
Berríos mantiene silencio
Por ahora, se sabe que Felipe Berríos está al tanto de estas nuevas denuncias y que mantendrá su silencio alejado de la vida pública. Desde que estalló el escándalo el 29 de abril pasado, el religioso dejó su casa en La Chimba, Antofagasta, y se encuentra recluido en una casa de la Compañia de Jesús de la capital.
Lo único que ha dicho al respecto Berríos lo hizo a través de un comunicado público. “Haré todo lo que sea necesario por aclarar los orígenes”, expuso en su oportunidad, mientras fue suspendido “del ejercicio público del ministerio sacerdotal” según indican los estamentos eclesiásticos.
