Este año, el animador Leo Caprile nos sorprendió con un video donde se mostraba sufriendo los síntomas de un Ataque Cerebrovascular (ACV). Lo hizo mientras un amigo lo conducía a un centro asistencial, donde todo se conectó a la perfección para que el animador hoy no lamente consecuencias. La rápida reacción del paciente, el apoyo de su núcleo y un sistema de salud que funcionó de manera eficiente crearon la cadena perfecta.
Conmemoramos el Día de la Seguridad del Paciente y el caso de Caprile viene a recordarnos que la seguridad de las personas depende no solo de la infraestructura y las políticas de salud, sino también de la preparación y concientización tanto de los profesionales de la salud como de los pacientes y sus familias.
Es fundamental reflexionar sobre la importancia de garantizar un entorno seguro en la atención de salud. La seguridad de ellos no es solo un objetivo, es también un derecho fundamental que debe ser priorizado en todas las etapas del cuidado médico, previniendo y reduciendo los riesgos, errores y daños durante la prestación de la asistencia sanitaria.
Las consecuencias de una participación significativa de los pacientes son notables. Según el informe del Día Mundial de la Seguridad del Paciente 2023, la carga de los daños podría reducirse hasta en un 15% gracias a la implicación activa de los pacientes en la vigilancia y reporte de eventos adversos relacionados con el uso de medicamentos.
A nivel global y nacional, el objetivo es claro: despertar una mayor concienciación y participación de la sociedad en temas de seguridad del paciente, ampliando los conocimientos y fomentando la adopción de medidas concretas que promuevan un entorno de atención más seguro.
En Chile, la Pontificia Universidad Católica y su Red de Centros de Salud Familiar Ancora han dado un paso adelante en este esfuerzo. Recientemente, presentaron un exhaustivo estudio que identifica brechas en el diagnóstico y tratamiento de personas adultas con factores de riesgo, proponiendo medidas como la capacitación continua del personal, la incorporación de telesalud y la generación de alertas y recordatorios para mejorar la adherencia de los usuarios.
Este enfoque integral no solo potencia la salud pública, sino que también fortalece la seguridad del paciente, un aspecto que debe ser valorado y promovido constantemente. La seguridad del paciente es un compromiso que requiere la participación activa de todos: profesionales de la salud, pacientes, familias y la comunidad en general.
Al trabajar juntos, podemos reducir los riesgos y asegurar que cada persona reciba la atención segura y de calidad que merece.