Hola, soy Daniela Aránguiz, muchas de ustedes han escuchado mi nombre, y si no me conocen por él, estoy segura que me conocen como la "Cara de Cuica". Los últimos años de mi vida han estado llenos de polémicas públicas y ustedes han sido parte de ellas. Es por eso que los invito a ahondar en los más profundos detalles y entretelones de esta aventura que llamo vida ¡Bienvenidos!
¿Ustedes han cachado cuando les gusta un hombre que les revoluciona todas las hormonas? ¿Y sienten esas mariposas que quieren ahogarlas con tequila? Ahí estaba yo, frente a mi espejo, viendo todas mis imperfecciones y abrazando mis inseguridades, porque en menos de tres horas, después de mucho tiempo casada, tendría mi primer encuentro triple X con otro hombre.
Me puse mi mejor pinta: zapatos taco aguja, mini de cuero, un beatle que marcaba toda mi figura y los lentes más grandes que encontré, todo el frasco de perfume encima y me depilé hasta el alma. Mientras me dirigía al lugar de los acontecimientos, me preguntaba si estaba bien lo que estaba haciendo, porque, chiquillas, ahí es cuando entra la duda ¿lo hago o no lo hago? Esa pregunta se repetía mil veces en mi cabeza, así que mientras manejaba subí la Bichota a todo volumen ¡Esa sí da buenos consejos!, así que le hice caso y con todo nomás. Sabía que era una decisión sin vuelta atrás.
Cuando llegué al lugar y vi a ese hombre de 1,85 me imaginé toda una película al más puro estilo 50 Sombras de Grey. Pero ahí estaba el lindo, esperándome con una caja de chocolates en forma de corazón ¡tiernito el boludito! Automáticamente se me vino a la cabeza el panorama de series y pantuflas, comiéndome esa caja de chocolates, cuando en realidad yo solo quería comerme ese bombón. Estaba nerviosa, pero sentía que era el momento de inaugurar mi soltería.
Después de un par de copas y coqueteos, pasamos a grado dos -hay que decir que estuvo buena la previa-, se me había olvidado, jajaja. Que rico desabrochar una camisa que no había tenido que planchar yo ¿Les cuento detalles? Toqué músculos que no sabía que existían, iba todo tan bien, hasta que me di cuenta que el grado tres no llegaba nunca ¡y no saben lo que pasó! El pajarito no funcionó, estaba muerto y sin signos vitales, ni con respiración boca a boca se podía revivir. De una noche que pensé que iba a ser hot, pasé a ser psicóloga: "Tranqui esto suele pasar", le dije, cuando en verdad en mi vida me había pasado.
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Cuando me encontré en esa situación vinieron todas mis inseguridades nuevamente ¿no le gusto? ¿lo asusté? ¿eran mucho los tacos aguja? Me fui al baño y vi un bolsito de mala muerte encima del mueble. Como todos saben que soy una copuchenta, quise ver lo que había dentro de ese bolso misterioso, ahí lo entendí todo...Veo unas pastillitas de dudosa procedencia, con un nombre desconocido, así que obviamente le pregunté a mi amigo más íntimo: Google. Al buscar me di cuenta que eran unas famosas pastillas para la caída del pelo, es decir el hombre se estaba quedando todo lo que es calvo. Ahora, ¿ustedes se preguntan qué tiene que ver todo esto? En las contraindicaciones, con letra muy pequeña, se daba alusión a mi situación actual, las pastillas causaban la muerte del pobre pajarito, así que no era yo el problema. Ahora ustedes me entenderán, prefiero un peladito que me deje chascona a un tarzán con la liana en coma.
