• 19 SEP DE 2024

Brechas socioculturales en mediación parental digital activa

Los niños y niñas y el uso de smartphones | Agencia Uno

Al igual que toda las competencias parentales, tristemente también la mediación parental digital activa, o sea, el acompañamiento que hacemos las madres, padres y cuidadres principales en la relación de nuestro/as hijo/as con la teconología, está ligada a elementos socioeconómicos y educativos. Así diversos estudios, entre ellos el de Rideout y Hamel (2006,en Grané, 2021) mostró que los hijos e hijas de familias con un bajo nivel educativo y menor nivel adquisitivo, veían más televisión y jugaban más a videojuegos que los hijos e hijas de padres, madres o cuidadores principales con mayor nivel educativo. Asimismo, leían menos y usaban menos el computador o tablet que otros niño/as con familias de nivel educativo más alto. Pero además repararon que el nivel educativo de los padres o cuidadores principales determinaba el tipo de normas sobre el uso de pantallas y el tiempo que los pequeño/as podían dedicarles.

Las distintas investigaciones muestran cómo la brecha digital es en realidad socioeconómica, cultural y educativa. Como analiza Guernsey (2017, en Grané 2021) sobre las consecuencias de esta grieta, la importancia de la relación entre los pequeño/as y los medios se centra en el acompañamiento. Algunos infantes tienen familias que saben escoger recursos digitales de calidad, conocen cómo brindar orientación, saben acompañar, y estructuran interacciones personales educativas, pero otros no. Es lo que Guernsey (2017) denomina "brecha en la tutoría de los medios". Esto es complejo, ya que vuelve a ser inmanente la grieta sociocultural, la que requiere de políticas públicas que hoy incorporen también esta competencia parental.

Las observaciones de Livingstone y Blum-Ross (2020) y Livingstone y Zhang (2021) no difieren de lo que han expuesto anteriores estudios, el apoyo familiar ante el uso de los medios se distribuye de manera desigual entre los niños y niñas, según su origen familiar. Los padres con mayor nivel económico o niveles educativos más altos hacen más esfuerzos para ayudar y acompañar a sus hijos e hijas con la tecnología.

Para regular el uso de las teconologías de información en el hogar, sería fundamental que las normas sean consistentes y que los padres, madres o cuidadores principales den el ejemplo con su propia conducta. Esto ayudaría a disminuir el uso problemático de pantallas, la dependencia a los dispositivos y a evitar conductas de riesgo en internet (Berríos-Valenzuela et al., 2015; Liu et al., 2012; Nielsen et al., 2019; en Halpern, Piña & Ortega 2021). De no ser así, en algunos casos podrían aumentar los niveles de uso patológico y adictivo de internet (Areepattamannil & Khine, 2017; Berríos-Valenzuela et al., 2015; Liu et al., 2012; en Halpern, Piña & Ortega, 2021).

Todo esto es concordante con el último informe de Kids Online Chile, de junio de este año, que da cuenta de que efectivamente en familias con menos recursos socioeconómicos, los padres, madres o cuidadores principalmente tienden a ejercer menos mediación parental digital activa. Por ello, una política pública en esta línea debe acompañarse de otras, sistémicamente, ya que si los cuidadores trabajan en sistemas de turnos, demoran mucho tiempo en llegar a sus lugares de trabajo o la madre está 24/7 trabajando en casa sin apoyo y muchas veces con más de un hijo/a a cargo, el asunto no es que no quieran mediar, sino que no existen condiciones estructurales para que puedan hacerlo. Es triste cómo las brechas educativas y socioeconómicas son también parte hoy de estos temas tan contigentes, lo que torna, desde mi perspectiva, un impertaivo ético, hacer algo al respecto.


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Viviana Tartakowsky Pezoa

Directora Escuela de Psicología Universidad Bernardo O´Higgins
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