• 19 SEP DE 2024

¿Cómo me percato si como adulto a cargo de un niño/a o joven estoy siendo "adicto a las pantallas"?

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Como hemos hablado en otras columnas, para que podamos ser agentes de acompañamiento en el uso de pantallas de nuestros niño/as y/o jóvenes, “nuestro ejemplo” es fundamental (Ramis, 2021, ente otros). Entonces si no nos regulamos nosotros/as, nuestro/as niño/as o jóvenes a cargo, no lo harán.

De esta forma, es importante saber que uno tiende a minimizar o negar este tipo de conducta cuando las presenta, entonces lo ideal es pedirle a su pareja o amigo/as cercanos si notan que usted “no puede vivir sin su celular” o que “debe” estar conectado todo el día. Es más, si ya ha tenido problemas con su pareja o niño/as por este tema, quiere decir que ya hay una preocupación de un externo cercano, por lo que hay habría que prestarle atención. Le sugiero no hacer esta consulta en el ámbito laboral, ya que vivimos lamentablemente en una cultura organizacional que valida y hasta “premia” la conexión laboral 24/7, desde la inmediatez, casi la alineación en muchos casos y que no posibilita la necesaria conciliación familia/trabajo (Véliz, 2023).

Si descubre que está en esta situación, es muy probable que presente otros síntomas asociados, tales como dificultades para conciliar el sueño (Ramis, 2021; Lloy, 2021, entre otros) o se sentirse más ansioso o depresivo (Uddin y Hasan, 2023), entonces es urgente tomar algunas medidas:


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  1. No efectué comidas viendo celular o TV. De espacio para compartir con los suyos o con usted mismo.
  2. Al menos una hora antes de irse a dormir (Ideal más, pero parta con una meta realista), deje de ver su celular o cualquier tipo de pantalla (antes de conciliar el sueño lea o rece o haga alguna meditación o algo que le permita relajarse y le haga sentido).
  3. Haga cosas que le agradan con sus seres queridos que no impliquen pantallas, desde jugar juegos de mesa, hacer legos, conversar sobre el día, salir a la plaza, etc.
  4. Cuide un espacio para sí mismo con lo que le gusta hacer sin pantallas (deporte, lectura, salir con amigos, etc.).
  5. Sensibilice a su empleador de la relevancia de lo que estamos conversando, para que no lo busque 24/7. Desde el no hacer nada, no contribuimos al tan complejo “cambio cultural laboral” y somos cómplices de esta forma de trabajo.
  6. Finalmente, si ya siente que “se le escapó de las manos el problema y no puede regular nada”, consulte un especialista. No olvide que lo/as niño/as y jóvenes necesitan cuidadores sanos para ello/as, a su vez, estar bien.

 

¡Por una infancia y adolescencia más saludable, desde una adultez también más sana!

Mariana Miranda Peñaloza

Periodista multiplataforma, especializada en la cobertura de cultura y espectáculo, nacional e internacional. Editora La Hora Mujeres.@marimiranda_p
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