Sin lugar a dudas, ser hoy en Chile un agente de mediación parental digital activa es muy complejo, debido a que aún la tan nombrada “conciliación familia/trabajo” es una bella frase en la mayor parte de los espacios laborales, que no se coteja con prácticas que vayan en esta línea. Por ello, es tan relevante instalar políticas públicas que permitan hacer carne este ideal y felicito a aquellos espacios laborales que tienen conductas de cuidado hacia sus colaboradores, sistematizadas, bien tratantes y que impulsan el sentido de pertenencia.
No sé que más tiene pasar, ya que todos los estudios dan cuenta de que las personas, al sentirse más felices en sus lugares de trabajo, no sólo se sienten más parte, sino que tienen mayor productividad. Recomiendo a dichas jefaturas el último libro del Dr. Fernando Véliz, “Organizaciones Vivas” que precisamente apunta a esto último y aplaudo el proyecto de las 40 horas laborales, que aporta en esta dirección.
Frente a esta realidad, ¿Qué podemos hacer? Primero, si soy jefe contribuir con estilos de liderazgo flexibles y horizontales, que ayuden a encarnar la relevancia de la familia en la vida de las personas. La persona no es un número, es persona. En segundo lugar, si soy un colaborador, puedo mostrar la relevancia de estos temas de forma individual o grupal, no desde la crítica dura (o caemos en lo que criticamos), sino desde la relevancia de la co-construcción y manteniendo relaciones interpersonales saludables, bien tratantes y colaboradoras con mi equipo de trabajo.
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Si trabajo dentro de casa, tener en cuenta que esto es un trabajo y, por tanto, no debo criar sola o solo. Lo ideal es tener un compañero/a, pero sino hay, recurrir a ayuda de la familia, amigos y amigas, vecinos... criar en red. La contraparte, si mi pareja trabaja en labores de casa, valorar este trabajo y no desatender la parentalidad, compartiendo los roles y funciones... ¿sabían que somos las mujeres (trabajemos dentro o fuera de casa) que ejercemos regulación con las pantallas (Ramis, 2021)? ... seguimos viviendo una cultura donde predomina el machismo.
Si no hacemos equipo, entre quienes criamos y nuestros mundos laborales y sociales, no podremos ser agentes que median la relación de los niños y niñas con la tecnología... ¿Quién puede juzgar a una madre que cría sin apoyo a su hijo/a o hijo/as si debe trabajar más de 50 horas para costear su vida y usa el celular para calmar las pataletas de su hijo de 5 años?
Sin duda, si esto no se releva como tema y se aborda sistémicamente, entre los adultos que cuidamos nuestras redes- soporte social y nuestros espacios laborales, no podremos poner atajo a las adicciones a las pantallas, el ciberacoso, el grooming, etc... y seguiremos siendo campeones en problemas de salud mental infantil (Lecannelier, 2023) ¡La invitación es entonces a trabajar de verdad por una infancia más saludable!
