• 22 NOV DE 2024

Pantallas y horas de comida con niños y niñas

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Desde la literatura, podemos decir que ver pantallas y comer es incompatible, por diversas razones. Uno, porque no se toma conciencia de lo que se ingiere, lo cual incrementa la alimentación poco saludable y en cantidades extraordinarias. Esto se liga con las cifras siderales que tenemos de obesidad, y sobre todo infantil.

En segundo lugar, no es aconsejable comer con pantallas en compañía de niños/as, ya que como adultos que cuidamos, perdemos enriquecedoras oportunidades de conversación con ello/as, las cuales se van tornado incluso instancias más poco frecuentes en la medida que crecen. Por esto mismo, es deseable no comer en bandejas en la cama de cada uno por separado/a, ya que se desaprovechan únicos momentos de hablar de nuestros días y ponernos en qué estamos cada uno/a, como nos sentimos, si tenemos alguna preocupación o alegría...

En tercer lugar, no enseñe a su bebé a comer con el celular. Esto es muy frecuente de observar y es una práctica absolutamente dañina, ya que luego sólo querrá comer si lo se hace con una pantalla al frente. Mientras más pequeño/a lo haga, peor. Le sugiero que, si tiene alguien que cuida a su hijo/a durante el día, le señale lo mismo, para seguir una misma línea en las distintas comidas. Tampoco es deseable hacer esto al desayuno cuando estamos corriendo para alistarnos nosotros/as y a nuestros hijo/as. Es mejor levantarse un poco antes y tomar desayuno juntos, sea su familia biparental (dos adultos), monoparental (usted y su/s hijo/as), ensambladas (distintas generaciones) u otra de las muchas formas de hacer familia que hoy existen. Tal como dicen los y las colegas nutriólogo/as y nutricionistas, no se salte el desayuno ni usted ni sus niño/as a cargo, es la comida más importante del día.


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En cuarto término, NO COMA con el celular en la mano ni volteado hacia arriba. Esto es una muy mala costumbre, ya que le mostramos al resto que el celular es más importante que el espacio conversacional de comida y, por otra parte, le damos el ejemplo para que nuestro/as hijo/as hagan lo mismo cuando ya tengan sus celulares. Tampoco coma con la televisión prendida, ya que se pierde el diálogo y la oportunidad de conversar.

Finalmente, si tiene la fortuna de poder comer fuera de casa (restaurante, cafetería, o algún lugar público) y está a cargo de niño/as, no le pase su celular para que no se aburra. Es increíble la cantidad de familias que hoy hacen esto. Haga el trabajo de llevar en su bolso, uno o unos pocos lápices, pude usar hasta las servilletas si no desea llevar papeles o algún juego de armar. Los niños y las niñas deben ser parte de la cena, no estar hipnotizado/as con las pantallas en momentos familiares para compartir. Así como vemos a parejas que van a comer y ni se hablan, cada uno en celular, viendo redes sociales, y a veces subiendo fotos en silencia y viendo cuántos likes tienen y más preocupado/as de esto, que de conversar con su pareja; tratemos que nuestros hijo/as no repitan esa forma de vinculación y optimicen sus espacios de socialización.

El paternar y el maternar es difícil, pero no imposible; ¡más ahora que contamos con información!

Viviana Tartakowsky Pezoa

Directora de Psicología UBO