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A las puertas del Día Internacional de la Mujer, la reconocida chef chilena Carolina Bazán desclasifica sus secretos.
Catalogada en su minuto como La Mejor Chef de Latinoamérica por el prestigioso ranking gastronómico Latin America’s 50 Best Restaurants con su restaurante Ambrosía, Carolina ‘China’ Bazán además ocupa hoy y desde hace tres años un importante lugar entre los chefs celebrities de Monticello con Hops, un exquisito restaurante de sándwiches gourmet inspirados en lugares como Francia, EE.UU. o Japón.
¿Sus compañeros? Los reconocidos chefs Sergi Arola con "Lola Tapas Bar By Sergi Arola" y Benjamín Nast con "De Caleta", conocidos por su participación como jurados en la versión VIP de Top Chef, así como también el mediático Yan Yvinn con su "Yan Yvinn Brasserie", Tomás Olivera con "Olivera Pastas" y Mr. Wayu con "Res de Angostura".
Sobre su relación con ellos, al ser la única mujer del grupo, la califica de ‘genial’. "A veces los voy a visitar a sus restaurantes y a comer rico", agrega entre risas.
-¿Alguno de ellos que visites en especial?
¡Ohhhh! ¡Eso no se dice! ¡Me vas a hacer quedar mal!
Pese a todo, termina por confesar que va más al Lola cuando visita Monticello, porque le gusta picotear. Pero más allá de los gustos puntuales, también tiene su visión del rol de la mujer en el mundo de la alta gastronomía, el que considera altamente cargado hacia las figuras masculinas.
- A propósito del Día Internacional de la Mujer y el Mes de la Mujer, ¿cómo crees que aportan ellas en el mundo gastronómico?
Creo que las mujeres son la base de la cocina en general, si tú ves la historia, los hombres salían a cazar y las mujeres cocinaban. Partiendo de esa base, durante la Historia las mujeres han sido cocineras a cargo de alimentar a sus familias, desde que amamantan sus guaguas. Entonces, en general, siempre han sido cocineras por excelencia.
Ahora, lo que pasa es que los hombres se han tomado la alta gastronomía porque la actividad posee unos horarios muy poco compatibles con la vida familiar para las mujeres y como las mujeres vivimos en un mundo machista, siempre han sido las encargadas de cuidar a los hijos. Entonces como el hombre siempre tiene el permiso para salir a trabajar y en cocina se trabaja cuando todos descansan, toca trabajar de noche, feriados o los fines de semana y eso ha permitido que los hombres destaquen más en cocina.
Pero las mujeres tienen las mismas condiciones, no veo ninguna desventaja con ser una mujer en la alta gastronomía.
- ¿Crees que cada vez más mujeres están incursionando en lo gastronómico?
Pienso que sí, cada vez hay más mujeres en las escuelas gastronómicas. Pero no llegan mucho más lejos por el tema de los horarios y optan por tener una cafetería o por trabajar en horarios diurnos y eso no es compatible con los restaurantes de alta gama.
De esa forma, se crea un coladero que naturalmente hace que destaquen más los hombres y que sigan más la carrera que las mujeres, las que se cambian de actividad o buscan proyectos de lunes a viernes en horario de almuerzo, por ejemplo.
- A propósito de mujeres en el ámbito gastronómico, cuéntanos cómo ha sido la experiencia contar con una sous chef en Hops, tu restaurante de sándwiches gourmets en Monticello.
A mí me encanta, me encanta Hops porque de forma espontánea se ha dado que trabajan puras mujeres en su cocina. Y en Hops tengo a la Feña (Fernanda Soto Castillo) como jefa de cocina y la encuentro realmente 'seca': profesional, seria, aplicada...ha sido una super buena experiencia trabajar con ella y eso lo que yo espero.
Me informa todo lo que esté pasando, le pido algo y reacciona rápido ante algún cambio, o sea, es muy aplicada y profesional.
-Ya tienes 3 años con Hops desde esa apertura en marzo de 2022 en Monticello, ¿cómo ha sido tu experiencia de manejar este restorán de sándwiches gourmet?
Me encanta tener la sanguchería porque en cierto sentido pienso que democratiza mi gastronomía. No es que tenga una gastronomía muy exclusiva, pero me da la opción que más gente pueda probar mis sabores o mi intención en la cocina.
Recuerdo que una vez una periodista visitó Hops y dijo: 'oye, esto es como probar la comida de la China, pero entre dos panes'. Al final, traspaso los saberes que hago en los platos hacia los sándwiches. Claro que hay algunos sándwiches clásicos chilenos, obviamente, pero hay muchos de mis sabores, de mis creaciones que me gustan, como ‘oye, este es más asiático, este más gringo’, entonces van afirmando ese bagaje culinario que tengo de distintos sabores que me gustan probar y que son bien intensos.
En Hops, cada preparación está rica, se siente que lo hacen con cariño y esa intensidad se transmite, y si corrijo algo, se hace y queda perfecto. Esas correcciones me dan la posibilidad que mi creatividad vuele y cada semana que asisto me permite hacer nuevas propuestas y cambios. Por eso mis restaurantes siempre son de estar cambiando cosas, para que los visitantes siempre encuentren algo distinto y eso me gusta. Vamos jugando porque lo hace más entretenido, más dinámico.
¿Cómo ha sido la acogida del público de Hops?
La gente se sorprende y gratamente. Tenemos clientes que nos visitan todas las semanas, que van por su sándwich o comen el sándwich de queso con la sopa de tomate. También, por ejemplo, tengo ramen (preparación japonesa) y eso me encanta, porque se han vuelto un clásico, creo.
¿Cuánto de tus vivencias familiares está en tu cocina en general?
Hay una base evidentemente de mi familia. No sabría decir tal plato es de mi mamá o este otro es el de mi abuela, pero hay una base porque es lo que yo aprendí durante la vida, los sabores.... así es que siempre está eso en mi cocina.
Por último, ¿cuál es tu secreto de cocina? Que se pueda compartir, claro, y que toda mujer debiera manejar.
Cariño.
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