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En Chile, se reconocen los derechos maternales desde el primer día de un embarazo. Sin embargo, lamentablemente, muchas mamás enfrentan una cruda realidad: la discriminación laboral, especialmente aquellas con hijos menores de dos años.
Paola Merchak, abogada y mediadora familiar, destaca que "es innegable que contar con protecciones para las madres es esencial, pero estas mismas protecciones a menudo se convierten en una barrera para su inserción y permanencia en el mercado laboral".
Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), más del 94% de las mujeres que están fuera del mercado laboral mencionan la crianza de los hijos o el cuidado de personas dependientes como la principal razón para no trabajar. Esto sugiere una desconexión preocupante entre la maternidad y la participación plena en el mercado laboral.
Merchak señala que "esta actitud revela un profundo sesgo de género y una falta de compromiso con la equidad laboral. Las mamás que ya están trabajando a menudo enfrentan discriminación y dificultades para conciliar la vida laboral con la familiar, viéndose obligadas a renunciar a oportunidades laborales o a sacrificar tiempo con sus hijos".
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Además, según el informe ¿Cómo aumentamos la participación laboral femenina?, elaborado por el Observatorio Laboral del Ministerio del Trabajo y Previsión Social y el Centro de Políticas Públicas UC, las mujeres con hijos menores de tres años tienen entre un 10% y un 14% menos de probabilidades de integrar la fuerza laboral en comparación al resto de mujeres con hijos en edad escolar o sin hijos. Estas cifras demuestran una clara discriminación basada en la maternidad, que no solo es injusta, sino que también perpetúa la desigualdad de género en el ámbito laboral.
"Es momento de abordar este problema con seriedad", insiste Merchak. "Las mamás no deberían ser penalizadas en el ámbito laboral por ejercer su derecho a la maternidad. Las empresas deben adoptar políticas inclusivas que promuevan la igualdad de género y la conciliación laboral-familiar".
Merchak destaca que "la maternidad no debería ser un obstáculo para el progreso profesional de las mujeres. Más bien, debería ser vista como una fuerza que enriquece las empresas y la sociedad en su conjunto".
Es hora de construir un entorno laboral más inclusivo y respetuoso con las madres trabajadoras en Chile. Esto no solo es un imperativo moral, sino también una necesidad para garantizar la verdadera igualdad de oportunidades en nuestro país.
