Baba Vanga fue una mujer ciega reconocida por sus profecías después de haber predicho sucesos icónicos del mundo, como por ejemplo, el desastre nuclear de Chernóbil de 1986 y los atentados del 11 de septiembre de 2001.
A pesar de su fallecimiento en 1996, cada fin de año su nombre resuena en diversas partes, ya sea televisión, radio, diarios, videntes, y hasta creyentes de la parapsicología.
Sus vaticinios, tras su ascenso a la fama en 1966, hacen que la sociedad tenga una visión clara de lo que se viene para el año venidero, además de causar ciertas personas se preparen para los "peligros" que se avecinan.
Predicciones comprometedoras para 2026
Baba Vanga asegura que en algún momento de 2026, el mundo será testigo de un contacto extraterrestre.
De acuerdo a la clarividente, primero llegará a la Tierra una "nave alienígena" que luego hará su acercamiento con la sociedad. Sin embargo, los científicos y astrónomos comentan que esto sería un evento imposible.
La mística también añade que para el próximo año se dará inicio a la posible y supuesta Tercera Guerra Mundial. Los analistas políticos comentan que los conflictos de los últimos años, tales como el de Rusia contra Ucrania, y el de Estados Unidos y Venezuela, son incidentes que son coincidentes, pero que tal vez influyan en el hipotético conflicto bélico.
No obstante, especialistas de la ciencia y política hacen un llamado a la sociedad, argumentando que dicha predicción debe tomarse con "pinzas", dado que aún no se dan los pasos para que inicie.
Asimismo, Baba Vanga habría predicho que se avecinan catástrofes naturales, tales como cambios climáticos repentinos y erupciones volcánicas en muchas partes del mundo. Dichos eventos naturales, de acuerdo a la profética, serían de índole fatal.
Predicciones esperanzadoras
A pesar de las predicciones negativas que siembran temor y duda en las personas, hay otras que son esperanzadoras y buenas. Tal es el caso de la tecnología y avances médicos, los cuales podrían ayudar a aumentar la calidad de vida.
Baba Vanga predice que podría surgir una tecnología de desarrollo de análisis de sangre que tenga la capacidad de detectar muchos tipos de cáncer en fases tempranas.
Asimismo, los ensayos clínicos de órganos bioartificiales, tejidos vivos bioimpresos y trasplantes de órganos de origen animal podrían ser modificados genéticamente. De concretarse, la espera de órganos internos ya no sería un problema en los recintos hospitalarios.