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Lo que parecía una colaboración soñada, terminó de la peor manera posible.
El sumo pontífice se mostró débil y apenas podía mover sus brazos al momento de enfrentar a los fieles católicos.
El Papa Francisco fue dado de alta este domingo del Hospital Gemelli de Roma, donde ha estado luchando contra una neumonía doble durante las últimas cinco semanas, y regresó al Vaticano donde continuará su recuperación.
El pontífice abandonó el hospital poco después de realizar su primera aparición pública en más de cinco semanas, saludando a la gente y haciendo un gesto de aprobación con el pulgar desde un balcón.
Aunque el Papa parecía frágil y le costaba hablar, se dirigió a la multitud afuera del hospital, agradeciéndoles y reconociendo a una mujer que sostenía flores. También dio una bendición, aunque parecía tener algunas dificultades para levantar los brazos.
Si bien fuentes oficiales han asegurado que pese a ser diagnosticado con una neumonía bilateral, el obispo de Roma se ha mantenido estable y continúa con su tratamiento, ha surgido la duda de qué podría ocurrir si fallece.
A pesar de su delicado estado de salud, el Sumo Pontífice dedicó unas palabras de aliento y bendición a los cerca de 3.000 fieles se habían reunido a las puertas del hospital, esperando el momento en que el Pontífice saliera para compartir con ellos su saludo y bendición.
"¡Gracias a todos! Sé que han rezado por mi", dijo con voz débil, mientras se encontraba sentado en una silla de ruedas.
Lo que parecía una colaboración soñada, terminó de la peor manera posible.
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