Durante la conmemoración del 76 aniversario de la fundación de las Fuerzas Armadas de la nación, el actual líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-Un, habló a soldados, a quienes alentó a mantener la ideología del Partido de los Trabajadores -actual partido gobernante-, y a defender al país con sus vidas.
Aunque eso no fue lo único que dijo, también se refirió a la situación con Corea del Sur, país vecino, al que calicó como el "enemigo principal más dañino", además de "país marioneta".
Incluso, mencionó la opción de "ocupar su territorio en caso de contingencia como medida razonable", esto según se estime necesario para la seguridad de Pionyang y para mantener la "paz y estabilidad en el futuro".
Y recalcó que: "Si los enemigos intentan utilizar la fuerza contra nuestro país, tomaremos la audaz decisión de cambiar la historia y no dudaremos en utilizar todo nuestro poderío para aniquilarlos", advirtió Kim Jong-Un, según la agencia estatal KCNA.
El líder también la paz "no es algo que se pueda mendigar o ganar a cambio de conversaciones", y descartó que el Norte vuelva a involucrase en y reafirmó que el Norte no contempla volver a involucrarse en "conversaciones y cooperación no realistas" con el país del Sur.
A sus declaraciones se suman la abolición de varias leyes de cooperación económica con el Sur.
Durante la ceremonia el Kim Jong-Un estuvo acompañado de su hija Kim Ju-ae, posible futura sucesora del poder en Corea del Norte.