Este viernes el presidente Xi Jinping ganó un tercer mandato histórico como presidente de China, después de una votación formal de la legislatura del país, lo que confirma su estatus como el líder más poderoso de China en décadas.
Los resultados de la votación de los diputados fueron definitivos, con 2.952 votos a favor, 0 en contra y ninguna abstención.
Este no fue un resultado inesperado dado que el Congreso está efectivamente subordinado al Partido Comunista (PCCh) y se le otorgó un nuevo mandato como jefe de Estado, cargo que ocupaba desde 2013.
Los últimos meses han sido difíciles para el Presidente Chino, desde grandes manifestaciones en contra de su política "Covid Cero", y la gran ola de muertes que tuvo que enfrentar el país tras el fin de la estrategia anti covid.
Estos temas delicados se evitaron en la Asamblea Nacional anual, donde el aliado de Xi Jinping, Li Qiang, reemplazará a Li Keqiang como primer ministro.
"Políticas de contención" occidentales
Un nuevo vicepresidente para reemplazar a Wang Qishan también debe ser elegido formalmente en la reunión de la Asamblea Popular Nacional (APN) en Beijing.
Los parlamentarios se centraron en proyectos de reforma institucional destinados a fortalecer las capacidades del Ministerio de Ciencia y Tecnología y el sector digital de China.
Xi Jinping, en la búsqueda de la autosuficiencia de China, hizo del desarrollo de estos sectores una prioridad, en medio de lo que Beijing ve como "políticas de contención" occidentales que obstaculizan su desarrollo.
La Asamblea Popular Nacional anual fue una oportunidad para anunciar un modesto objetivo de crecimiento de "alrededor del 5%" para 2023 y un aumento en el presupuesto militar.
La reelección formal del Xi Jinping como Jefe de Estado muestra su gran ascenso político, ya que el antes poco conocido legislador se ha convertido en el líder más poderoso de China en décadas.