El proceso de despido de la Reina Isabel II, tiene una duración de 9 días y esta cargada de simbolismos y ritos que marcaran su partida:
El príncipe Carlos, se convertirá inmediatamente en rey, en caso de que decidiera abdicar, el siguiente en la línea sucesoria sería Guillermo, el duque de Cambridge.
El secretario privado de la reina dará aviso al Primer Ministro sobre su fallecimiento. Se utilizara la palabra clave "The London Bridge is down" para avisar a los gobiernos de otros 15 países, de los cuales la reina es la Jefa de Estado.
Cuando se anuncie la noticia en los medios de comunicación, se colgará un anuncio de muerte con bordes negros en las puertas del Palacio de Buckingham.
El Parlamento será revocado. El trono de la reina en la Cámara de los Lores será reemplazado por una silla sobre la que se pondrá un cojín con una corona.
Todas las banderas se bajaran para ser izadas a media asta y se repartirán libros para dar condolencias por todo el país para quienes quieran expresar su pésame.
¿Qué pasará con el Príncipe Carlos?
El príncipe Carlos hará su primer discurso como nuevo Rey la noche de la muerte de su madre. El Consejo de Adhesión se reunirá para proclamar rey a Carlos y leerá una declaración formal.
Después de que se lea la declaración, sonarán las trompetas y se dispararán 41 cañonazos en Hyde Park, cerca del Palacio.
El nuevo rey luego realizará una gira de 4 días por el país, asistirá a los servicios funerarios y se reunirá con sus súbditos.
Westminster: el lugar de descanso de la nobleza
La reina descansará durante 4 días en el Palacio de Buckingham y luego será trasladada a Westminster Hall, el cual tiene más de 900 años y ha sido donde se ha realizado la ceremonia de despido de varios miembros de la realeza Inglesa entre los que se encuentran Isabel I, madre de la actual reina, quien contó con 200 mil personas, otras figuras importantes que estuvieron aqui fueron Sir Winston Churchill y María de Teck.
El noveno día se llevará a cabo el funeral. Las joyas colocadas en el ataúd serán retiradas y limpiadas. Las tiendas y los negocios estarán cerrados y gran parte del país no podrá trabajar. El mercado de valores estará cerrado. lo cual podría ser un duro golpe a la economía británica, contándose perdidas en miles de millones de libras; sin embargo, es difícil saber con anticipación cuáles serán las repercusiones financieras.
El servicio de la reina se llevaría a cabo en la Abadía de Westminster, el primero para un monarca allí desde 1760. Por cierto, la Abadía tiene capacidad para 2000 personas.