• 23 MAY DE 2025

La nueva cocina chilena de bar: cuando el picoteo también es patrimonio

La nueva cocina chilena de bar: cuando el picoteo también es patrimonio | Cedida

En una ciudad donde la oferta de bares suele inclinarse por lo rápido y genérico, una nueva propuesta gastronómica comienza a abrirse camino: cocina chilena con identidad, servida en formato de picoteo, y pensada para compartir en espacios urbanos y relajados.

Bar La Virgen, con 12 sucursales en Santiago, Reñaca y Pichilemu, se ha transformado en uno de los protagonistas de esta nueva ola. Su propuesta no solo conquista por el sabor, sino por su capacidad de conectar con la memoria culinaria del país, reinterpretándola con técnica, creatividad y una presentación que invita a quedarse. En un escenario donde muchas cartas repiten fórmulas internacionales o versiones estándar de platos "de bar", La Virgen propone una cocina con carácter, que habla en chileno y que pone en valor ingredientes tradicionales desde una mirada actual.

La estrella indiscutida del lugar es la Tabla La Virgen, una verdadera oda al picoteo bien hecho. Brochetas de lomo liso y pollo perfectamente grilladas, mini empanadas de distintos rellenos, camarones apanados con tártara, ceviches frescos con notas cítricas y bolitas de queso de cabra con mermelada de ají dan forma a un plato generoso, equilibrado y sabroso, pensado para compartir y diseñado para impresionar. Pero la carta no se queda ahí. El recorrido continúa con preparaciones como el ají verde apanado relleno con carne mechada y cebolla caramelizada, el queso de cabra apanado con mermelada de ají cacho de cabra, papas mechadas con plateada o su versión BBQ con camarones, todo coronado con salsas caseras y detalles que marcan la diferencia.

Quienes buscan sabores marinos se encuentran con una propuesta igual de potente: seis tipos de ceviches, tártaros frescos, atún grillado con risotto de camarones y calugas de merluza austral acompañadas de ensalada chilena y aliños que equilibran acidez, cremosidad y crocancia. Y si el antojo es algo más contundente, el lomo liso con humita en masa philo, salsa de queso azul y reducción de oporto sorprende por su balance entre lo ahumado, lo dulce del maíz y la intensidad del queso.

Cada plato en Bar La Virgen refleja una idea clara: aquí se cocina en serio. La carta está construida sobre productos de estación, técnica bien ejecutada y una visión honesta de lo que significa comer rico, sin caer en excesos ni pretensiones. Es cocina con identidad, con sabor, con ganas. En un mercado donde lo seguro suele ser no arriesgar, este bar marca la diferencia con una propuesta fresca, honesta y contundente, que demuestra que un bar también puede ofrecer una experiencia culinaria memorable.

La invitación está hecha: si llegas por un cóctel, probablemente también te quedes por la comida. Y si llegas por la comida, puede que no quieras irte. Porque en Bar La Virgen, el sabor, el estilo y la buena onda van de la mano.


Síguenos en: Google News