Nueva definición para la gordura: la obesidad invisible
Hasta hace poco la única manera de medir la obesidad era de acuerdo al Índice de Masa Corporal, algo que ha ido cambiando.
Hasta hace poco la única manera de medir la obesidad era de acuerdo al Índice de Masa Corporal, algo que ha ido cambiando.
Hace un tiempo en Estados Unidos se comenzó a utilizar el concepto TOFI (thin outside fat inside), que se traduce como "flaco por fuera, gordo por dentro".
Y es precisamente sobre este concepto que la Comisión Global sobre Obesidad Clínica generó la discusión donde participaron más de 75 organizaciones médicas internacionales, lo que tuvo como consecuencia la publicación de un documento científico donde proponen redefinir la obesidad más allá del Índice de Masa Corporal (IMC).
En términos generales, este nuevo enfoque sugiere considerar variables adicionales, como la circunferencia de la cintura y la evaluación de síntomas clínicos relacionados con el exceso de grasa corporal, para proporcionar diagnósticos más precisos y tratamientos personalizados.
Karolina Lama, psicóloga experta en tratamiento de obesidad, creadora del modelo Get Over Eat, una innovadora metodología para bajar de peso que se ha transformado en un fenómeno en Estados Unidos, se refiere al respecto. "Literalmente, acá en Miami me toca atender pacientes de 19 años, que son flacos pero presentan el mismo síndrome metabólico que presentaría una persona con obesidad y están cultivando hígados grasos. Esto tiene que ver con que si bien comen cantidades adecuadas, solo se alimentan con comida chatarra y en su mayoría frita", comenta.
El diagnóstico de Karolina Lama, también autora de los libros Quiero Ser Flaca y Feliz; y ¿Por Qué No Puedo Parar de Comer? y conferencista, va más allá. "Un factor importante a considerar, ya sea en una persona esbelta o más corpulenta, es la distribución de la grasa en el cuerpo. La grasa central abdominal se correlaciona con la visceral, es decir, aquella grasa que rodea los órganos internos de dicha cavidad".
A lo que agrega: "La panza abultada, más común en hombres, se considera un predictor de patologías metabólicas, insulinorresistencia, dislipidemia e hipertensión arterial. En contraposición a la grasa periférica —glúteos, brazos— característica de las mujeres, no está tan asociada a este tipo de patologías".
Hoy más bien se considera un estado de riesgo, algo así como la calma antes de la tormenta. Es la antesala a un descalabro metabólico importante. No hay evidencia que indique que esta condición pueda ser mantenida en el tiempo, sobre todo pasados los 40 años. En algún momento fueron vistos como que tenían una especie de superpoder que la protegía de enfermar, aun cuando presentara alto porcentaje de grasa. Pero esta mirada médica cambió y es producto de las nuevas dietas que llevamos de ultraprocesados.
Hasta hace poco la única manera de medir la obesidad era de acuerdo al Índice de Masa Corporal, algo que ha ido cambiando.
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