• 21 NOV DE 2024

Cáncer de mama: la importancia de los cambios en el estilo de vida y manejo del multitasking en la prevención y supervivencia de las mujeres

Prevención contra el cáncer de mama | Redes sociales

Expertos hacen un llamado a concientizar sobre la denominada "carga mental", la cual podría estar incidiendo en el incremento de casos.

"Te preguntas ¿por qué me dio cáncer? Y después viene esa incertidumbre de pensar: 10 años cuidándome, haber hecho un cambio de vida total, ¿tuvo sentido?, ¿valió la pena todo este tiempo? Yo sentía que tenía una vida maravillosa después de alejarme de un trabajo que no me hacía feliz, una vida sana, viviendo en una casa autosustentable, inmersa en la naturaleza, alimentándome de mi huerta.

Sin embargo, reconozco que dentro de este mundo hermoso en el que vivía junto a mi esposo Tomás, también enfrentaba otros temas familiares, como todos. Entonces mi respuesta fue ¿por qué yo no? Si a mí me pueden pasar las mismas cosas que a cualquier persona".

Así relata la conocida influencer de vida saludable y comunicadora Michelle de Rurange su diagnóstico de cáncer de mama, el cual compartió en noviembre del año pasado con sus casi 380 mil seguidores en Instagram, tras someterse a una mastectomía.

La creadora de @chilehuerta recién se empinaba sobre los 40 años cuando recibió la noticia, que llegó como un tsunami. Tuvo que someterse a la extirpación de su mama izquierda, a la que siguieron quimio y radioterapia durante 10 meses. 

Michelle no porta mutaciones de los genes asociados a esta enfermedad, por lo que cree que el origen de su cáncer se relaciona con factores epigenéticos como el fuerte estrés. "Me di cuenta de que la alimentación y el entorno maravilloso no lo es todo, que hay que mantener el equilibrio en todas las áreas, y mis emociones no las había tomado en cuenta.


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Dos años antes del diagnóstico tuve una situación familiar y laboral complicada. Me quedé estancada esos dos años, con pena, en pausa emocionalmente. Algo extraño pasó en mí, porque no pude gestionar mis emociones. Yo intuí antes de que me diagnosticaran que algo me estaba pasando; lo sentía en mi cuerpo."

HABITAR LAS EMOCIONES Y APRENDER A GESTIONARLAS

Hace 5 años, Michelle vivió uno de los duelos más difíciles que una mujer puede experimentar: su único hijo, Jesús, falleció a los 7 meses de gestación debido a una trisomía 18, incompatible con la vida. "Creía que había procesado todo profundamente, pero en este esfuerzo por sobrevivir, por mantenernos y seguir avanzando, pasaron todos estos años".

"Recién hace algunos meses, en medio de mi tratamiento contra el cáncer, sentí que pude llorar. Junto a mi psicóloga fuimos a fondo y comprendí que con la muerte de Jesús no había tenido un duelo real, un cierre de ciclo", dijo.

Después de llorar tres días seguidos, de manera profunda y dolorosa, siento que ahora puedo respirar. Por eso creo que las mujeres debemos permitirnos sentir vulnerabilidad, enojarnos, llorar y expresar lo que sentimos", agregó.

Epigenética: estilo de vida y carga mental

No hay claridad sobre el origen del cáncer de mama; hasta ahora se sabe que entre el 5% y el 10% de los casos son hereditarios. En los últimos años la epigenética, que explora cómo factores externos, -como el ambiente y el estilo de vida-, pueden modificar la expresión de nuestros genes, da cuenta de la importancia de la alimentación, la actividad física, y el manejo del estrés.

"Hemos visto un aumento de cáncer de mama en mujeres jóvenes, y aunque las causas no están claras, en base a nuestra experiencia conversando con las pacientes, notamos que el estilo de vida probablemente tenga mucho que ver. Son mujeres que, en general, se sienten agobiadas por la actividad, con una gran carga mental, que es, una sobreexigencia en la administración del hogar, que complementan con sus actividades laborales y el cuidado de sus hijos. Muchas veces recibimos a mujeres que sienten que están a punto de reventar, con una gran sensación de culpa, pensando en lo que tienen pendiente en el hogar cuando están en el trabajo, y en lo que deben hacer en el trabajo cuando están en casa", señala el Dr. Javier Villalón, cirujano plástico y reconstructivo de  Clínica Maat.

Según estudios de Comunidad Mujer, 7 de cada 10 mujeres chilenas en pareja se encargan de la organización y planificación del trabajo doméstico.

"La carga mental genera ansiedad, insatisfacción laboral y conyugal porque la mujer siente que la carga no está equilibrada, genera agotamiento. Todo esto, en forma prolongada, puede producir estrés crónico, inflamación crónica, alteraciones del sueño, hipertensión arterial, desregulación del sistema inmune y alteración de la microbiota. También provoca resistencia a la insulina, lo que lleva a un aumento de grasa corporal y estrés oxidativo, envejecimiento celular. Debemos empezar a visibilizar esta carga mental, porque el cuerpo da la alerta. Es importante mejorar la comunicación con la pareja y su participación en las labores domésticas", añade el Dr. Villalón.

Isabel, ex paciente de cáncer de mama, coincide con esta visión: "Hay que considerar hacer un ‘stop’, porque cuando una se recupera, vuelve al ritmo anterior, sigue siendo madre, esposa, hija, trabajadora, dueña de casa, todo a full. Una se deja de lado y hay que obligarse a parar; no quiero volver a pasar por otro cáncer. Fue un verdadero ‘cachetazo’ -lo digo en positivo- para entender e interiorizar el autocuidado". 

Autocuidado en el que Michelle trabaja desde todas sus dimensiones: con yoga, alimentación, actividad física, meditación, su trabajo en la huerta y el amor de su familia. Hoy está a la espera de su reconstrucción mamaria, tras haber superado con éxito el tratamiento; dice haber encontrado un sentido en este proceso. Ha abierto conversaciones difíciles, que han permitido ver a su familia reunida y en paz después de 30 años; participa en retiros integrales de sanación, ayudando a otros; y trabaja con mucha atención en la gestión de sus emociones.

"Hoy, mi política es que, si siento que estoy cargando algo en mi mochila, lo resuelvo de inmediato, porque mientras más espere, más me va a doler. Ahora no me permito quedarme con alguna emoción que me incomode. Mi estilo de vida y alimentación me ayudaron a sobrellevar mejor los tratamientos, pero enfrentar mis miedos también fue muy poderoso. Hoy, el miedo a morir ya no existe; solo predominan mis ganas de vivir."