Las primeras impresiones son clave en el amor y las relaciones. Saber cómo causar atracción en los demás es fundamental, ya sea en una entrevista de trabajo o al conocer a la familia y amigos de alguien especial. Sin embargo, cuando se trata de buscar una posible pareja romántica, las primeras impresiones basadas en nuestros rasgos dominantes de personalidad suelen ser las más importantes.

Incluso podemos intentar disfrazar nuestras imperfecciones, pero la realidad es que hay partes de nosotros mismos que no sabemos que los demás pueden percibir.

¿Cuándo más nos preocupamos por mostrar nuestra mejor versión que en una primera cita? En esos momentos, queremos lucir lo mejor posible y proyectar nuestra personalidad más atractiva. Destacamos nuestras mejores cualidades y hacemos todo lo posible por ocultar lo menos atractivo. Si bien siempre hay algunas cosas inevitables, como mancharnos con salsa en un vestido blanco, esperamos que esas partes de nosotros se vean adorables en lugar de poco atractivas.

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Sin embargo, nadie es perfecto y todos tenemos rasgos poco atractivos que simplemente no podemos ocultar. Si no sabes cuáles son esos rasgos en ti, así que no te preocupes... Existe un test de personalidad que te ayudará a descubrir rápidamente qué aspectos de tu personalidad pueden alejar a tus posibles amantes.

¿Quieres atraer a las personas adecuadas? Descubre tus rasgos menos atractivos con este increíble test de personalidad

¡Es muy sencillo! Solo tienes que observar la imagen a continuación y tomar nota mental de la primera imagen que llame tu atención.

Ahora, sigue leyendo para descubrir qué revela esta prueba de ilusiones ópticas sobre los rasgos de tu personalidad que las personas encuentran menos atractivos.

La cara de Shakespeare: el ego

Si lo primero que viste en la imagen fue la cara de Shakespeare, lo que la gente encuentra menos atractivo de ti es tu ego. No es sorprendente, ya que no mucha gente tiene la confianza que tú posees. ¡Y con razón!

Eres impresionante en casi todas las formas imaginables. Sin embargo, no necesitas explicarles eso a los demás. Cuando lo haces, pareces tener un ego inflado o, paradójicamente, una falta de confianza real.

Confía en que tu genialidad se muestra y no fuerces esa opinión en los demás. Deja que las conexiones amorosas fluyan naturalmente.

La mujer acostada en la cama: el desaseo

Si lo primero que viste en la imagen fue a la mujer acostada en la cama, lo que la gente encuentra menos atractivo de ti es tu desaseo. Está bien dejar los platos en el fregadero por una noche, ¡tal vez incluso dos! Pero ojo, puedes ser tan descuidada o descuidado que espantas a posibles compañeros de vida.

Sin embargo, si tu falta de orden aleja a tus posibles parejas, es algo que deberías considerar antes de volver al mundo de las citas.

El hombre con turbante: los celos

Si lo primero que viste en la imagen fue el hombre con turbante, lo que menos atrae a la gente de ti son los celos. No hay problema en sentir orgullo por tu pareja romántica y querer pasar todo el tiempo posible juntos. Sin embargo, actuar con celos de una manera que incomode a los demás a tu alrededor no es positivo. Los celos no solo te hacen quedar mal, sino que también transmiten la sensación de que no confías en tu pareja, lo cual es aún peor. Aprende a controlar tus celos y confía en que tu relación es sólida.

La rosa en el suelo de un escenario: la ingenuidad

Si lo primero que viste en la imagen fue la rosa en el suelo de un escenario, lo que la gente encuentra menos atractivo de ti es tu ingenuidad. No es tu culpa hablar antes de pensar, pero hacerlo con demasiada frecuencia puede hacer que las personas a tu alrededor piensen que eres un poco ingenuo. Todos sabemos que eso está lejos de la verdad, así que no te desanimes. Tómate un momento para ordenar tus pensamientos antes de hablar, eso te ayudará a formular mejor tus preguntas y resolver problemas por ti mismo sin tener que preguntar.

Recuerda, tu inocencia es una cualidad valiosa que nunca debes perder, pero no permitas que la gente la malinterprete. Ahora que conoces estos rasgos poco atractivos, lo buenos es que siempre puedes trabajar en ellos y seguir atrayendo a las personas adecuadas.