Aprende a mejorar la calidad de vida en contextos laborales
Transformar una organización de un modelo tradicional a un entorno de crecimiento consciente es clave para mejorar la calidad de vida en el trabajo, tanto a nivel físico.
Muchas veces confundimos miedo, ansiedad y fobia, por eso en este artículo te explicamos de qué se trata cada concepto.
El miedo es una emoción básica que todos experimentamos en algún momento de nuestras vidas. Sin embargo, existen términos como fobia y ansiedad que también están relacionados con este sentimiento, pero ¿qué los diferencia?
El miedo, la fobia y la ansiedad son conceptos relacionados pero tienen diferencias significativas entre ellos, así que ahora revisaremos cada uno de ellos para que no te quede duda y no los confundas en el futuro.
El miedo es una emoción básica y natural que surge como respuesta a una percepción de peligro real. Es una reacción adaptativa natural que nos alerta y nos impulsa a tomar medidas para protegernos. El miedo es común en situaciones amenazantes y puede desencadenar respuestas físicas, como aumento de la presión arterial y el ritmo cardíaco, sudoración, dilatación de las pupilas y malestar psicológico.
Cuando hablamos de miedo, nos referimos a esa emoción intensa que surge cuando percibimos una amenaza inminente. Nuestro cuerpo se prepara para reaccionar, acelerando nuestros latidos, tensando los músculos y generando una respuesta de alarma que nos impulsa a luchar o huir.
Por otro lado, una fobia se define como un miedo persistente e irracional hacia una situación, objeto o actividad específicos. La clave está en el término "persistente e irracional". Es decir, una fobia va más allá de un simple miedo y se caracteriza por generar una respuesta de miedo fisiológico incluso en ausencia de peligro real.
Imaginemos que estás paseando por el bosque y te encuentras con un gran lobo. Es natural que en esa situación sientas miedo, pues este depredador posee habilidades de caza impresionantes y dientes afilados. Sin embargo, si padeces de lupofobia, es probable que experimentes ese miedo cada vez que veas un video de un lobo, a pesar de nunca estar cerca de uno. Esta fobia podría afectar tu vida cotidiana, impidiéndote mirar, por ejemplo, documentales en los que aparezcan lobos, independiente de que sea por televisión.
Todas las fobias son consideradas técnicamente trastornos de ansiedad, por lo que resulta lógico que el miedo se diferencie de la ansiedad de la misma manera que lo hace de la fobia. Según la APA, el miedo es una respuesta a corto plazo ante una amenaza claramente identificable en el presente, mientras que la ansiedad es una respuesta a largo plazo orientada hacia el futuro y centrada en una amenaza difusa.
En otras palabras, y volviendo al ejemplo de la Lupofobia, el miedo es la reacción ante el lobo que se acerca a ti, mientras que el trastorno de ansiedad se refiere a la respuesta ante la mera idea de los lobos en general.
Es importante destacar que no toda ansiedad es un signo de un trastorno de ansiedad. La ansiedad en sí misma no es necesariamente negativa. Los niveles normales de ansiedad se encuentran en un extremo del espectro y pueden manifestarse como un leve temor o aprensión, sensaciones de tensión muscular y sudoración, o dudas sobre la capacidad para completar una tarea, según la psicóloga Luana Marques en el blog de salud de Harvard.
Sin embargo, si experimentas una ansiedad intensa y frecuente que interfiere con tu vida diaria, es recomendable buscar ayuda profesional. Si la ansiedad está específicamente relacionada con algo en particular, como los tiburones, los insectos, las alturas, hablar en público o los espacios pequeños, es posible que estemos frente a una fobia.
No obstante, es importante tener en cuenta que existen muchos otros tipos de trastornos de ansiedad que también requieren atención especializada.
IMPORTANTE: Recuerda que siempre que tienes que recurrir a un especialista para sobrellevar cualquier síntoma o dificultad que presentes en tu salud mental.
Transformar una organización de un modelo tradicional a un entorno de crecimiento consciente es clave para mejorar la calidad de vida en el trabajo, tanto a nivel físico.
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