Magdalena Montes y Willy Sabor fueron víctimas de portonazos: "Uno nunca vuelve a ser quien era"

La conversación fluye con total naturalidad en Almorzando Porcel. La actriz María José Bello, la ex conductora Magdalena Montes y el comediante y locutor Willy Sabor conversan con Nacho Gutiérrez, Javiera Acevedo y Borja Hiriart, mientras comparten hamburguesas y papas fritas. Hablan de los hijos, la pandemia y la televisión, temas que solo son interrumpidos por las bromas y las risotadas.

Pero la conversación da un giro cuando Magdalena Montes y Willy Sabor comienzas un diálogo sobre un doloroso tema en común: ambos fueron víctimas de portonazos. La ex conductora de Mucho Gusto le pregunta a Willy si le habían pegado muy fuerte, a lo que responde de forma instantánea: "fue hasta con psicólogo para sacarme el trauma".

Magdalena comparte su propia experiencia, cuando fue apuntada en la cabeza y arrastrada fuera de su auto en la puerta de la casa de una amiga. "Es muy terrible, muy terrible, te cambia la vida para siempre", confesó. "Pistola en la cabeza, me sacaron pa’ afuera del auto, se me cayó la cartera al piso, me volvieron a agarrar, pistola en la guata, ‘pásame la cartera o te mato’,... yo quedé bien traumada, yo te diría que nunca me mejoré bien, hasta el día de hoy, yo no salgo de noche sola por ejemplo".

La última vez que pasó a dejar a Javiera Acevedo a su casa (viven cerca), sentía taquicardia, le sudaban las manos, "uno nunca vuelve a ser la persona que era".

Algo que confirma Willy Sabor: "te entiendo perfecto. Lo que me pasó a mí después de la encerrona, pasa un tiempo, frena un camión.... porque mi encerrona fue con dos camiones tres cuartos adelante y atrás, y se bajan 5 personas y empieza el show. Y entonces, voy manejando, y frena alguien de golpe, yo me salgo, contra el tráfico, cagao de susto, porque te queda el chip de salir arrancando, impresionante". 

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Y Nacho Gutierrez le recuerda el momento en que les pidió a los delincuentes que no lo asaltaran, y que les dijo quién era. Carcajada de todos, y aclara: "es que llegó un momento en que al gallo lo tenía al lado. Si esto fue a combos, fue show show. Yo le digo ‘oye compadre’, imagínate esto con la adrenalina a full, todo mal... si esto es una pesadilla, una película mala, mala, mala. Yo le digo, ‘compadre, yo soy Willy Sabor, weón, no me matís, weón. Por favor no me mates’". Hoy se ríe, pero confiesa que realmente pensó que podía morir.

"¿Tú pensaste que corría riesgo tu vida?", le pregunta Magdalena. "¡Sí, todo el rato!", asegura Willy, "si había pistolas, martillos, combos, todo. Y llega un momento en que hubo una pausa y yo creo que dijeron ‘ya, dejemos a este guatón cu.. tranquilo y vámonos. Y empiezan a irse, y yo parado ahí, botado, ¡botado!"

Magdalena agrega que, a pesar de que el momento es terrible, lo peor viene unos 10 días después: "yo tenía mi auto detenido, pero prendido. Cuando me ponen la pistola en la cabeza hay un momento en el que tú puedes arrancar,ñ. El segundo de ‘qué chucha hago’ Yo decidí no hacer nada, el gallo me agarró a chuchadas, me abrió la puerta, me tiró pa’ afuera, yo decidí no hacer nada". 

"Es que uno tiene actitudes que no sabe que va a tener", agrega María José Bello, y cuenta que hace muy poco le intentaron robar el celular y ella empujó al ciclista, desestsbilizándolo. "Si tú me preguntas ahora, yo se lo hubiera entregado".

"Mi auto tenía 3 meses, era nuevo, pero a mí no me afloró nada, me afloró solo ‘llévatelo’, pero no atiné a defenderme. Esa fracción de segundo que yo podría haber decidido arrancarme, yo creo que el weón me dispara, y eso me atormentó mucho tiempo", agrega Magdalena.

"Cuando te pasa empiezas a valorar la vida?", pregunta Borja. 

"No me dejó nada bueno, nada", responde automáticamente Magdalena,  "siento que cambió mi país". "Sientes que no vales nada", agrega Willy. "Tú llegai a tu casa, después de todos los trámites, las declaraciones, y tienes chispazos, te desvelai, no puedes dormir".