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El domingo 12 de octubre, Creamfields Chile cerró una espectacular edición número 20 en el Club Hípico de Santiago, con una vasta oferta musical que tuvo a David Guetta como gran estrella. Pero detrás de este festival icónico hay una historia de lealtad y trabajo constante, que explica por qué el famoso DJ sigue eligiendo traer su show a nuestro país.
Robert Morrison, productor a cargo de Street Machine —la productora que ha traído Creamfields a Chile durante dos décadas— conversó en exclusiva con La Hora y compartió detalles que dan luces sobre este vínculo especial.
"David Guetta tocó con nosotros en las primeras ediciones de Creamfields y desde entonces siempre ha venido a Chile con nosotros. Que nos siga eligiendo como su promotor habla muy bien de nuestro trabajo y también de su lealtad a quienes lo apoyaron desde el principio", afirmó Morrison.
Un festival en constante evolución
La estrecha relación no solo se basa en la confianza, sino que también en la evolución y la innovación que ha marcado cada año el festival. Este 2025, Morrison destacó dos novedades clave: "La carpa Pollygon, que soporta mucho peso desde el techo, nos permite hacer una producción inmersiva, creando como un club gigante. Y la rueda de la fortuna, que ofrece una vista aérea única del evento para los asistentes".
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Además, el productor aclaró la polémica en torno al consumo de drogas, reiterando la seguridad y el ambiente armónico del festival. "Es cosa de darse una vuelta y ver cómo vive la gente. En todos lados hay distintos tipos de personas, algunos consumen y otros no, pero acá se vive en unión. No he visto peleas en 20 años y la gente que viene se va feliz, son solo estereotipos", aseguró.
Creamfields Chile ha sabido combinar música de primer nivel con un ambiente seguro e innovador, consolidándose como uno de los festivales electrónicos más importantes de Latinoamérica. La lealtad de artistas como David Guetta es un reflejo de ese éxito sostenido y el aprecio por un público que año a año se reúne para celebrar la electrónica en grande.
Con estas credenciales y un line-up espectacular de los mayores exponentes de la música electrónica mundial, el festival cerró una edición memorable que celebró su historia y apostó con paso firme hacia el futuro de la electrónica en Chile, consolidando al país como un referente global con una producción innovadora y diversidad sonora.
