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A diez años de su paso por MasterChef Chile, Ale Orellana da un nuevo giro a su carrera con el lanzamiento de su propia productora de eventos, integrando su experiencia en cocina con un sello de estilo, orden y pasión.
Su nombre se hizo conocido en 2015, cuando participó en la primera temporada de MasterChef Chile, donde logró posicionarse como una de las semifinalistas del programa.
A casi una década de esa vivencia que marcó un antes y un después en su historia personal y profesional, Alejandra Orellana da un nuevo paso: lanza su propia productora de eventos privados, sumando esta iniciativa a su consolidada marca de banquetería, @aleorellanabanqueteria.
Sobre lo que significó emocional y laboralmente el programa, agrega: "Creí que no cambiaría mi vida en nada, pero definitivamente cambió mi rumbo. Me abrió el apetito —literal y emocional— por la cocina. Aprendí, me formé, emprendí y hoy sigo creciendo con nuevas metas".
En su paso por MasterChef, Alejandra destacó por su disciplina, organización y meticulosidad. Bajo presión, demostró una gran capacidad para mantener el foco, tomar decisiones precisas y crear propuestas originales.
Más que una vitrina televisiva, MasterChef se transformó en una verdadera escuela para ella: allí adquirió técnicas de cocina profesional, aprendió a trabajar bajo presión y a desarrollar propuestas creativas en tiempo récord. "Esa experiencia me dio herramientas que hoy aplico no solo en la cocina, sino también en la producción de eventos, donde la organización, la precisión y la creatividad son clave para cada proyecto", comenta.
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Esa formación televisiva se amplió con Lleve de lo Bueno, programa de TVN inspirado en Chef’s Table, donde recorrió distintas zonas del país conociendo productos y productores locales. La experiencia le permitió profundizar en la identidad gastronómica nacional y en el valor de la puesta en escena.
"Cada capítulo fue un aprendizaje invaluable, porque no solo se trataba de cocinar, sino de entender la historia y la riqueza detrás de cada ingrediente", recuerda Alejandra.
Ese camino de aprendizajes, tanto en la televisión como en la cocina profesional, fue moldeando un estilo que hoy se refleja en su trabajo: exigente, pulcro y creativo. Una coherencia entre lo que fue y lo que es, que se plasma en su nueva apuesta en el mundo de la producción de eventos..
"Partí en la televisión sin imaginar que ese paso me llevaría, primero, a la cocina profesional, y luego al mundo de la producción de eventos. Ese proceso ha sido una escuela constante", comenta Alejandra.
Hoy, esa motivación se proyecta en servicios donde los sabores, la ambientación y la experiencia global se funden en una propuesta elegante, coherente y profesional.
"Crear esta productora ha sido un acto de pura entrega. Detrás de cada decisión hay creatividad, trabajo serio y muchas horas de esfuerzo. No se trata solo de hacer eventos bonitos, sino de diseñar experiencias con propósito y profesionalismo", afirma Alejandra Orellana sobre su presente profesional.
Su estrategia parte desde lo culinario —habilidades que la hicieron conocida con el público—, para luego desarrollar una oferta creativa que transforma cada evento en una experiencia única. Así, Alejandra Orellana da inicio a un nuevo capítulo, donde la pasión, la reinvención y el trabajo bien hecho son los verdaderos protagonistas.
